Washington. El Partido Republicano de Pensilvania pidió el viernes a la Suprema Corte de Estados Unidos que detenga el conteo de los votos que están llegando con retraso, en un estado en el que el demócrata Joe Biden tomó la delantera y que sería decisivo para que gane los comicios.
El partido del presidente Donald Trump solicitó a la Corte frenar el escrutinio de miles de papeletas enviadas por correo que llegaron después de la jornada electoral del martes y que las descalifique. Se piensa que la mayoría de esos sufragios serían en favor de Biden.
La petición a la Corte pretende que esta ordene a los funcionarios electorales de Pensilvania que confisquen todas las boletas recibidas después del martes y que revise la decisión del Gobierno de Pensilvania de aceptarlas.
"Dados los resultados de las elecciones generales del 3 de noviembre de 2020, la votación en Pensilvania bien podría determinar el próximo presidente de Estados Unidos", dijeron los republicanos.
"No está claro si las 67 juntas electorales del condado están apartando las boletas que llegan tarde".
Los republicanos cuestionan desde hace meses una decisión del estado de aceptar las boletas enviadas por correo con matasellos del 3 de noviembre y que lleguen dentro de los tres días posteriores al día de las elecciones, un plazo que vence este viernes.
La Corte Suprema del estado dictaminó que la decisión era legal, pero ese fallo fue apelado a nivel federal.
El 19 de octubre, la Corte Suprema de Estados Unidos, que tenía un asiento vacante en ese momento, se negó a tomar una decisión al haber un empate 4-4 entre sus integrantes liberales y conservadores.
Sin embargo, indicó que podría retomar el caso posteriormente. La integración de la Corte fue completada a fines de octubre, con la confirmación por el Senado de la jueza conservadora Amy Coney Barrett, nominada por Donald Trump.
Si el tribunal resuelve una suspensión y acepta el caso tiene potestades para declarar inválidas las boletas que llegan tarde, que están siendo separadas del resto.
Pero también podría suceder que esas papeletas no sean suficientes para torcer en favor de Trump unos comicios en los que por el momento Biden lleva la delantera en este estado decisivo para determinar un ganador.
Trump advirtió de que su rival no debería atribuirse una victoria electoral de forma “errónea” e indicó que él también podría reivindicar un triunfo.
“¡Los procedimientos judiciales no han hecho más que empezar!”, escribió en Twitter.
Joe Biden should not wrongfully claim the office of the President. I could make that claim also. Legal proceedings are just now beginning!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) November 6, 2020
El planteamiento de los republicanos se conoció al final de una jornada durante la cual Joe Biden se puso adelante en el escrutinio en Pensilvania, cuyos 20 votos electorales son cruciales para definir al vencedor de la contienda. Además, el abanderado demócrata mantenía una ligera ventaja en Georgia, cuyas autoridades decidieron hacer un nuevo conteo. Este estado otorga 16 votos electorales.
El botín de Pensilvania
Una victoria en Pensilvania le permitiría a Biden, de 77 años, cruzar el umbral de los 270 votos requeridos en el Colegio Electoral para alzarse con la presidencia de Estados Unidos.
Con el 96% del escrutinio en Pensilvania, el estado natal de Biden donde Trump ganó hace cuatro años, el candidato demócrata aventajaba al mandatario republicano por 14.500 sufragios, según cifras electorales estatales.
Biden, quien acumulaba al menos 253 votos electorales, iba primero en Pensilvania (que le aportaría 20 votos electorales), Arizona (11), Georgia (16) y Nevada (6).
Trump, que tenía un total de 214, encabezaba la carrera en Carolina del Norte (15) y Alaska (3), los otros dos estados en los que aún avanzaba el conteo que tiene en vilo al país desde la jornada electoral del 3 de noviembre.
Trump insistió la víspera en las acusaciones de fraude, sin pruebas, que lanzó el miércoles de madrugada, cuando se declaró ganador horas después del cierre de las urnas.
“Si cuentan los votos legales, gano fácilmente. Si cuentan los votos ilegales, pueden intentar robarnos la elección”, afirmó el jueves por la noche desde la Casa Blanca.
La ventaja del mandatario fue disminuyendo en varios estados cuando fueron contabilizados los votos por correo, emitidos en un número récord este año por la pandemia de covid-19 y que han favorecido mayoritariamente a Biden.
En una declaración emitida el viernes por su campaña de reelección, Trump adujo que sus reclamos apuntan a velar por la “integridad” de la elección. “Creemos que el pueblo estadounidense merece tener total transparencia en todos los recuentos de votos”, afirmó.
Sin embargo, siguió amenazando con recurrir a los tribunales para cuestionar los resultados. “Nunca dejaré de luchar por ustedes y nuestra nación”, señaló.
El comunicado de Trump salió horas después de que su campaña afirmó que la elección “no ha terminado”.
“La falsa proyección de Joe Biden como ganador se basa en resultados en cuatro estados que están lejos de ser definitivos”, sostuvo Matt Morgan, un responsable del equipo de Trump.
Morgan alegó que hubo boletas “irregulares” en Georgia, donde se esperaba un recuento, y en Nevada, y afirmó que a los observadores republicanos del conteo de votos se les había negado el acceso en Pensilvania.
Los republicanos no salieron en masa a respaldar a Trump en sus denuncias de “robo”, aunque algunas figuras influyentes los respaldaron.
“No hemos escuchado hablar de ninguna prueba”, señaló Chris Christie, exgobernador de Nueva Jersey y aliado de Trump, en ABC, al tiempo que alertó del riesgo de avivar las tensiones en un país muy polarizado.
“El presidente está en su derecho de pedir un recuento” de votos, pero “se equivoca al decir que la elección fue amañada, corrupta y robada”, tuiteó el senador republicano Mitt Romney, usual crítico del mandatario.
“Creo que todo debería estar sobre la mesa”, manifestó el senador Lindsay Graham cuando Fox News le preguntó sobre si la legislatura de Pensilvania -de mayoría republicana- debería certificar los resultados.
“El presidente está enojado, yo estoy enojado y los votantes deberían estar enojados”, declaró el senador Ted Cruz.