Washington
Rusia interfirió en las elecciones presidenciales de noviembre con el objetivo de apoyar al candidato republicano, Donald Trump, concluyó el FBI, que se sumó así al criterio expuesto por la Agencia Central de Inteligencia (CIA), en momentos en que la administración del presidente Barack Obama acusó al presidente Vladimir Putin de estar detrás de esos ataques informáticos.
En un mensaje enviado a los empleados, el director de la CIA, John Brennan, dijo que había hablado del asunto con el director de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI), James Comey, y con el director de inteligencia nacional, James Clapper.
Brennan señaló en el mensaje: "Existe un fuerte consenso entre nosotros sobre el alcance, la naturaleza y la intención de la injerencia de Rusia en nuestras elecciones presidenciales".
El presidente Barack Obama prometió que Estados Unidos tomará represalias contra Rusia por su supuesta intromisión cibernética en las elecciones presidenciales, una acusación que el Kremlin niega insistentemente.
El viernes, en su última conferencia de prensa del año, aseveró que en setiembre pidió a su homólogo de Rusia que pusiera fin a los ataques cibernéticos rusos que se habían registrado durante la campaña para las elecciones de noviembre.
Según el mandatario, previno a Putin que, de lo contrario, "habría serias consecuencias si no lo hacía".
Ante las peticiones de demócratas y republicanos para una investigación en el Congreso, incluyendo las afirmaciones sobre la implicación personal de Putin, Obama expresó en una entrevista que cada vez que un gobierno extranjero intenta interferir en las elecciones estadounidenses, el país debe tomar medidas y se hará.
"Algunas serán explicitas y anunciadas, y otras podrían no serlo", declaró a NPR News el jueves. "Pero el señor Putin es muy consciente de lo que pienso al respecto porque hablé directamente con él acerca sobre esto".
Funcionarios de la Casa Blanca dijeron que era un "hecho" que la piratería rusa favoreció a la campaña de Trump contra la demócrata Hillary Clinton.
No se ofrecieron pruebas de ninguna de las acusaciones, las últimas en una transición complicada en Washington tras ocho años de gobierno de Obama que dejarán paso a un ejecutivo republicano liderado por Trump.
Tensiones entre ambas potencias. Las acusaciones de que Rusia interfirió en el proceso electoral estadounidenses también avivaron las tensiones existentes entre ambos países sobre Siria, Ucrania y otros asuntos en los que mantienen posturas enfrentadas.
"Solo funcionarios rusos del más alto nivel pudieron haber autorizado esas actividades", sostuvo el portavoz presidencial, Josh Earnest, a reporteros en la sala de prensa de la Casa Blanca, repitiendo las palabras de un informe de inteligencia de octubre.
El asesor de seguridad nacional de Obama, Ben Rhodes, fue más allá en las especulaciones y informó que Putin era el responsable de las acciones del Gobierno de Moscú. "No creo que en el gobierno ruso ocurran cosas de este nivel sin que Vladimir Putin lo sepa", indicó a MSNBC.
La tensión había aumentado ya el fin de semana, cuando el diario The Washington Post publicó un informe de la CIA sobre la intervención de Rusia en la campaña por medio de ciberataques.
La posición de la Casa Blanca en este asunto la enfrenta directamente con Trump, quien el jueves volvió a poner en duda la mano rusa en los ataques informáticos.
"Si Rusia u otra entidad realizaban ataques informáticos, ¿por qué la Casa Blanca esperó tanto tiempo para reaccionar? ¿Por qué solo se quejaron después de que Hillary (Clinton) perdiera?", escribió en Twitter.
La denuncia estadounidense contra Moscú tuvo inmediata respuesta del Kremlin este viernes, por boca de su portavoz, Dimitri Peskov.
"O bien hay que dejar de hablar o bien hay que aportar pruebas. Si no, todo esto es más que indecente", manifestó durante una visita del presidente Putin a Tokio.
Peskov ya había rechazado las acusaciones estadounidenses al afirmar que esos "absurdos no se basan en ningún fundamento".
Trump, de 70 años, está cada vez más solo en su rechazo a los informes de la inteligencia de su país, que dirigirá a partir del 20 de enero.
Informes incriminan. Importantes miembros del Partido Republicano han manifestado su preocupación por la conclusión de la CIA, el FBI y las otras agencias que implican a Rusia en los ataques cibernéticos, y apoyan incluso que el Congreso realice una investigación bipartidista.
El senador Lindsey Graham, uno de los políticos conservadores más veteranos, dijo el miércoles que el FBI le informó en agosto de que su campaña había sido pirateada.
"Mi objetivo es poner sobre la mesa del presidente Trump devastadoras sanciones contra Rusia. Tienen que pagar un precio", consideró.
El exdirector de la CIA Michael Hayden llamó a Trump "el único estadounidense importante que no ha aceptado que los rusos llevaron a cabo una gran campaña en contra de Estados Unidos". "En esta cuestión particular, lo que dice Trump es lo mismo que dice Putin", destacó.
La negación de Trump pone en peligro su relación con una parte clave del gobierno antes de que asuma el poder.
Obama advirtió mucho antes de los comicios del 8 de noviembre que tanto la campaña demócrata como la republicana fueron blanco de ciberataques y que la sombra de Rusia planeaba sobre este asunto.
El mandatario saliente ordenó el lunes "realizar una investigación completa de lo ocurrido en el proceso electoral del 2016".
El jefe de campaña de Hillary Clinton, John Podesta, a quien le fueron pirateados miles de sus correos electrónicos filtrados luego por WikiLeaks a pocas semanas de la elección, criticó el viernes lo que calificó de negligencia del FBI.
Podesta resaltó el contraste entre lo que llamó "respuesta masiva" al uso por parte de Clinton de su servidor privado de e-mail cuando era secretaria de Estado y su "aparentemente descuidada respuesta" al hackeo ruso.
"El Congreso debe ejercer más vigorosamente su contralor para determinar por qué el FBI respondió desmedidamente en el caso de Clinton e insuficientemente en el caso ruso", escribió en una nota de opinión publicada en The Washington Post.