Moscú. El presidente ruso, Vladimir Putin, firmó la ley que revoca la ratificación del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (TPCE) este jueves, con el conflicto en Ucrania y la crisis con Occidente como contexto.
El tratado de 1996 prohíbe todos los ensayos con armas nucleares, aunque nunca entró en vigor debido a que algunos países clave, incluyendo Estados Unidos y China, nunca lo ratificaron.
Putin afirmó a principios de octubre que su país podría revocar la ratificación del TPCE en respuesta a que Estados Unidos nunca lo ratificó.
“No estoy preparado para decir si debemos o no reanudar las pruebas”, añadió, al tiempo que elogió el desarrollo de nuevos misiles capaces de transportar ojivas nucleares.
La promulgación de la ley rusa es “muy decepcionante y profundamente lamentable”, declaró en un comunicado Robert Floyd, secretario ejecutivo de la organización responsable del tratado (OTPCE, CTBTO por sus siglas en inglés).
Floyd señaló, no obstante, que a pesar de esta decisión, Rusia afirmó “seguir vinculada” al tratado, “incluyendo el funcionamiento de todas las estaciones de vigilancia de la OTPCE en su territorio”, que permiten detectar en tiempo real incluso la más mínima explosión.
Desde el inicio del conflicto en Ucrania en febrero del 2022, altos funcionarios rusos amenazaron en varias ocasiones con el uso de armas nucleares, aunque en otras ocasiones Putin mostró cautela al respecto.
La semana pasada, el presidente ruso supervisó maniobras con misiles balísticos para preparar a sus tropas ante un “ataque nuclear masivo” de represalia.
El proyecto de ley para revocar el tratado fue aprobado por el Parlamento ruso el mes anterior.
Aunque nunca entró en vigor, el acuerdo fue ratificado por 178 países, incluyendo las potencias nucleares como Francia y el Reino Unido, y tiene un valor simbólico.
Sus defensores afirman que establece una norma internacional contra los ensayos con armas nucleares, pero sus críticos señalan que el potencial del acuerdo aún no se materializó debido a la falta de ratificaciones por parte de las principales potencias nucleares.
El Parlamento ruso ratificó el acuerdo en junio de 2000, seis meses después de que Putin asumiera la presidencia.