Washington. Un segundo denunciante salió a la luz este domingo dispuesto a dar testimonio y ofrecer información de primera mano sobre el caso ucraniano que originó el inicio de una investigación de destitución contra Donald Trump, lo que complica más la crisis que enfrenta el mandatario estadounidense.
“Puedo confirmar esta información de un segundo #denunciante representado por nuestro equipo legal”, dijo el abogado Mark Zaid en Twitter. “Tiene información de primera mano”, explicó.
Más temprano este domingo, el socio de Zaid, Andrew Bakaj, dijo que su firma y su equipo “representan a varios denunciantes” en el caso que señala a Trump de presionar al nuevo presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, en una llamada telefónica para que investigara a su rival político Joe Biden y a su hijo Hunter.
No estaba claro si Bakaj estaba usando la palabra “varios” para referirse a más de dos denunciantes. Por lo general, múltiples funcionarios escucharían una llamada entre el presidente y un líder extranjero.
La existencia de un denunciante que afirma tener conocimiento de primera mano de la llamada telefónica le dificultaría al presidente y a sus partidarios desestimar la denuncia original señalándola de ser una información de segunda mano.
Este caso llevó a los legisladores demócratas, que controlan la cámara baja del Congreso, a dar los primeros pasos de un proceso de destitución contra el mandatario estadounidense.
Trump se defiende
El presidente rechazó las acusaciones en dos tuits el domingo temprano, aunque no hizo mención del segundo denunciante.
Trump repitió la afirmación de que Hunter Biden había recibido “$100.000 al mes de una empresa con sede en Ucrania, a pesar de no tener experiencia en energía...y por separado recibió $1.500 millones de China a pesar de no tener experiencia y por ninguna razón aparente”.
“¡Tengo una obligación de investigar un caso de posible o probable corrupción!”.
Otros informes aseguran que Hunter Biden recibió hasta $50.000 al mes como miembro de la junta de una compañía de gas ucraniana, Burisma.
No se ha encontrado evidencia de que Biden haya hecho algo ilegal.
El segundo denunciante fue escuchado por el inspector general de los servicios de inteligencia (una especia de auditor interno), Michael Atkinson, según Mark Zaid, citado por la cadena ABC. Pero todavía no ha entrado en contacto con las comisiones legislativas que llevan la investigación.
Un senador republicano, Ron Johnson, miembro del Comité de Relaciones Exteriores, apareció en el programa “Meet the Press” de la cadena NBC y rechazó la sugerencia de que Trump había retenido la ayuda militar para presionar a Ucrania a investigar a los Biden.
“Cuando le pregunté al presidente sobre eso”, dijo, “lo negó rotundamente, con vehemencia y enojo”.
Hasta el momento, la mayoría de los senadores republicanos se cuidan de hacer críticas al mandatario, un punto clave porque si los demócratas aprueban el juicio de destitución en la Cámara de Representantes, que controlan, los republicanos pueden hacer fracasar el proceso en el Senado, donde son mayoría.
Acoso
El sábado el secretario de Estado, Mike Pompeo, acusó a los comités del Congreso liderados por los demócratas que llevan a cabo la investigación de haber "acosado y abusado” al personal del Departamento de Estado contactándolos directamente en lugar de consultar a los abogados del organismo.
Los legisladores opositores ordenaron a la Casa Blanca entregar documentos mientras aumenta la evidencia de que Trump habría abusado de sus poderes al intentar usar la ayuda militar de Estados Unidos para presionar al presidente de Ucrania a que buscara información perjudicial de su principal rival demócrata para 2020, Joe Biden.
Las investigaciones se iniciaron luego de que un primer denunciante —que según algunos informes sería un analista de la CIA— presentara una queja formal al inspector general de la comunidad de inteligencia sobre la presunta presión de Trump a Zelenski.
Una transcripción de la llamada telefónica que fue divulgada más tarde por la Casa Blanca, así como una serie de mensajes de texto entre diplomáticos estadounidenses, parecen respaldar la queja original.
Zaid dijo recientemente a la revista Washingtonian que esperaba que la identidad del denunciante original, a quien Trump acusó de ser un traidor, nunca se hiciera pública.
Su socio, Bakaj, trabajó anteriormente en las oficinas del inspector general tanto en la CIA como en el Departamento de Defensa en asuntos relacionados con denunciantes.