Washington
El jefe de la mayoría republicana en el Senado de Estados Unidos, Mitch McConnell, reiteró el martes que esa cámara no confirmará a ningún candidato a la Suprema Corte que proponga el presidente Barack Obama, lo que deja entrever una crisis entre los poderes legislativo y ejecutivo.
"Los presidentes tienen el derecho de designar, como el Senado, de acuerdo con la Constitución, tiene el derecho de dar o no su consentimiento", declaró McConnell, el líder de la oposición en el Senado, dominado por los republicanos.
"En este caso, el Senado lo rechazará", agregó en referencia al eventual reemplazante del magistrado conservador Antonin Scalia, fallecido hace diez días. Los jueces de la máxima instancia judicial del país son vitalicios.
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La Suprema Corte (de nueve miembros) cuenta ahora con cuatro jueces conservadores y cuatro progresistas, lo que plantea el riesgo de un empate en cualquier decisión si el reemplazante de Scalia no es designado pronto.
Si Obama logra designar a un juez progresista, la Corte podría inclinarse hacia la izquierda por primera vez en décadas, una hipótesis que aterroriza a los republicanos, convencidos de que en noviembre desplazarán a los demócratas de la Casa Blanca.
Los principales aspirantes presidenciales republicanos proponen que el reemplazante de Scalia sea elegido por el próximo mandatario, pero Obama ha manifestado su determinación de encontrar un reemplazante de Scalia, apelando a los legisladores para que rechacen el obstruccionismo por motivos meramente partidistas.