La Paz. La senadora opositora Jeanine Áñez sorprendió la tarde del martes al autoproclamarse presidenta interina de Bolivia, una decisión que podría incrementar las tensiones porque se tomó en una sesión rápida sin respetar los protocolos de la Asamblea Legislativa y sin un cuórum que la respaldara.
El ahora exmandatario Evo Morales dejó el poder el domingo acorralado por la presión de las Fuerzas Armadas y las protestas sociales tras las polémicas elecciones generales del 20 de octubre.
Luego de su decisión, Áñez ingresó al viejo palacio de Gobierno con una Biblia en la mano. Aunque nadie le tomó juramento, el jefe de las Fuerzas Armadas, William Kalimán, le puso la banda presidencial y le entregó el bastón de mando.
Posteriormente, Áñez pidió un minuto de silencio para los cuatro muertos durante las protestas y llamó a los militares a ayudar a pacificar el país.
“Bolivia quiere vivir en paz. Sí se pudo, sí se pudo”, dijo antes de ser aclamada por sus partidarios y anunciar que convocará a elecciones limpias y con autoridades probas.
La Constitución pone como plazo 90 días para ello.
Una interpretación jurídico-legal de la Constitución Política del Estado por parte del Tribunal Constitucional (TC) avaló este martes la proclamación de Áñez, de 52 años, como la nueva presidenta interina, sin necesidad de reunir cuórum en el Congreso.
Un comunicado oficial del alto tribunal citó una Declaración Constitucional del 2001 que al interpretar artículos referidos a la sucesión presidencial establece que “el funcionamiento del órgano ejecutivo de forma integral no debe verse suspendido”, por lo que el siguiente en la línea sucesorial asume ipso facto la presidencia.
Para elegir presidente del Senado -paso inicial para la designación del gobernante interino- debía reunirse primero cuórum (la mitad más uno de los 36 senadores), de acuerdo a su reglamento interno; es decir, 19 legisladores.
Sin embargo se impuso la idea de los abogados del movimiento civil, como el constitucionalista Luis Vásquez, de instalar la sesión y elegir a Áñez pues “en tiempos de crisis, como estamos viviendo, la sucesión se aplica ipso-facto al siguiente, no necesita ni de una ley ni de una resolución basado en un principio de continuidad”.
Por su lado, el expresidente Morales consideró que la “autoproclamación” de la senadora como gobernante interina constituye la consumación del “golpe” en su contra.
“Denuncio ante la comunidad internacional que el acto de autoproclamación de una senadora como presidenta viola la CPE (Constitución) de Bolivia y normas internas de la Asamblea Legislativa. Se consuma sobre la sangre de hermanos asesinados por fuerzas policiales y militares usadas para el golpe”, escribió en su cuenta de Twitter.
Denuncio ante la comunidad internacional que el acto de autoproclamación de una senadora como presidenta viola la CPE de Bolivia y normas internas de la Asamblea Legislativa. Se consuma sobre la sangre de hermanos asesinados por fuerzas policiales y militares usadas para el golpe
— Evo Morales Ayma (@evoespueblo) November 13, 2019
Previo al anuncio de Áñez, legisladores del Movimiento Al Socialismo (MAS), el partido del expresidente y con mayoría en el Congreso, alegaron falta de seguridad en La Paz para que arribaran los representantes de otras regiones y cuestionaron los procedimientos.
Según Juan Cala, diputado de ese grupo, la sesión era ilegal porque “el primer paso es recomponer las directivas de las cámaras ante las renuncias”. Agregó que solo 20% de los 119 legisladores del MAS llegaron a La Paz y el resto no lo pudo hacer por falta de garantías.
La Asamblea tiene 136 miembros entre senadores y diputados.
Áñez, quien había convocado a la sesión, manifestó que los legisladores debían aprobar la carta de renuncia de Morales y definir al sucesor interino.
“El país vive momentos dramáticos y todos los parlamentarios tenemos la obligación de dar certezas”, dijo más temprano, en rueda de prensa ante las dudas sobre la llegada de los legisladores del MAS.
“Queremos convocar a nuevas elecciones lo más pronto posible (...), con autoridades probas, de mérito, de capacidad, que sean independientes”, señaló en su discurso, ante un pleno del Congreso al que solo asistieron legisladores contrarios a Morales.
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Tras el acto en el Parlamento, en la plaza de Armas, el candidato centrista Carlos Mesa escribió en Twitter: “Felicito a la nueva Presidenta Constitucional de Bolivia, Jeanine Áñez”.
Felicito a la nueva Presidenta Constitucional de Bolivia Jeanine Añez. Nuestro país consolida con su posesión, su vocación democrática y la valentía de una gesta popular legítima, pacífica y heroica. Todo éxito en el desafío que afronta. Viva la Patria!!!!!
— Carlos D. Mesa Gisbert (@carlosdmesag) November 12, 2019
"Nuestro país consolida con su posesión, su vocación democrática y la valentía de una gesta popular legítima, pacífica y heroica. Todo éxito en el desafío que afronta. Viva la Patria!!!!!", siguió.
El líder regional de Santa Cruz (este) Luis Fernando Camacho, declaró tras conocer la proclamación de Áñez que apoyaba lo sucedido y que “se suspendían las medidas” de protesta como la huelga y bloqueos de calles en su departamento declaradas hace tres semanas.
Ambiente tenso
Las movilizaciones seguían activas en La Paz, donde aviones militares ocasionalmente sobrevolaban la ciudad realizando patrullajes.
Gran número de partidarios de Morales, quien el martes llegó a México tras haber recibido asilo político de ese país, estaban en las afueras de la Asamblea, en el centro histórico de La Paz.
Personas afines al exmandatario que portaban la bandera indígena llamada Whipala llegaron a las afueras de la plaza Murillo, donde se localizan el palacio presidencial y la Asamblea. “¡Evo, amigo, El Alto está contigo!”, gritaban en referencia a la ciudad vecina a La Paz.
Bolivia vive un vacío de poder desde el domingo en la tarde cuando, tras más de 13 años en el poder, Morales dimitió.
Mientras tanto, La Paz parecía una ciudad sitiada. Las patrullas del Ejército en las calles evitaban los ataques de grupos violentos que la víspera quemaron varias unidades policiales en La Paz y Cochabamba y saquearan propiedades privadas y comercios. Cientos de vecinos amanecieron en medio de barricadas improvisadas en las bocacalles para protegerse de posibles ataques. El transporte público era escaso.
“Ha sido una noche de miedo. No pude dormir, me pasé rezando”, dijo a The Associated Press Yorka López, un ama de casa que salió temprano para repartir café caliente entre sus vecinos en la calle, en su mayoría jóvenes.
“La Policía fue rebasada”, dijo la víspera el comandante general de esa fuerza, Yuri Calderón. Ante la situación, el Ejército fue llamado a ayudar a restablecer el orden público.
“Vamos a ayudar a controlar a estos grupos vandálicos violentos que están sembrando terror en la población”, manifestó la víspera el jefe de las Fuerzas Armadas, William Kalimán.