La Haya. Sudáfrica acusó este jueves 11 de enero a Israel ante la máxima instancia judicial de la ONU de violar la Convención para la Prevención de Genocidios, afirmando que ni siquiera la masacre de Hamás del 7 de octubre justifica el alcance de la campaña militar israelí en Gaza.
"Ningún ataque armado en el territorio de un Estado, por muy grave que sea (...), justifica que se vulnere la convención", dijo en La Haya ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) el ministro sudafricano de Justicia, Ronald Lamola.
"La respuesta de Israel al ataque del 7 de octubre cruzó esta línea y da lugar a violaciones de la convención", añadió.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, rechazó esas acusaciones y afirmó que la lucha contra el "genocidio" es la que libra el Estado hebreo contra Hamás.
La guerra entre Israel y Hamás estalló tras el ataque del 7 de octubre del movimiento islamista palestino en suelo israelí, que dejó unos 1.140 muertos, en su mayoría civiles, según un recuento de la AFP a partir de datos oficiales israelíes. Entre los muertos hay más de 300 militares.
Como respuesta, Israel prometió "aniquilar" a Hamás y bombardea sin cesar este enclave palestino, bajo un férreo asedio.
Al menos 23.469 personas, sobre todo mujeres y menores de edad, han muerto en esa ofensiva, según el balance del Ministerio de Salud del movimiento islamista palestino, que gobierna Gaza desde 2007.
Sudáfrica argumenta que Israel incumple sus obligaciones en el marco de la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio.
Este tratado de 1948 fue creado tras el Holocausto, en el que los nazis y sus colaboradores exterminaron a seis millones de judíos europeos.
Sudáfrica, “brazo jurídico” de Hamás
“La campaña de bombardeos israelíes busca destruir la vida de los palestinos y los empuja al borde de la hambruna”, afirmó Adila Hassim, abogada de Sudáfrica.
"Los genocidios nunca se declaran con antelación pero este tribunal cuenta con las últimas 13 semanas de pruebas que muestran de forma irrefutable un modelo de comportamiento y de intención que justifica una acusación verosímil de actos genocidas", declaró.
En tanto que país signatario del tratado, Sudáfrica puede llevar a Israel ante la CIJ, que se pronuncia sobre disputas entre países.
Sudáfrica reconoce el "peso particular de la responsabilidad" de acusar a Israel de genocidio y condena "inequívocamente" los ataques de Hamás que desencadenaron la guerra en Gaza.
La réplica de Israel
El Ministerio israelí de Relaciones Exteriores acusó a Sudáfrica de actuar como “el brazo jurídico de la organización terrorista Hamás y de haber deformado completamente la realidad de Gaza tras la masacre del 7 de octubre.
"El Estado de Israel fue acusado de genocidio, cuando es él el que lucha contra el genocidio", declaró Netanyahu.
Y el presidente israelí, Isaac Herzog, tildó la acusación de Sudáfrica de "atroz y absurda".
Brasil y Colombia apoyan a Sudáfrica
Los gobiernos de Brasil y Colombia expresaron su apoyo a Sudáfrica en esta acción.
El respaldo al país africano por parte del mandatario brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, se oficializó el miércoles tras reunirse con el embajador palestino, Ibrahim Alzeben, en Brasilia.
Por su parte, el gobierno colombiano de Gustavo Petro expresó en un comunicado que "saluda la demanda presentada por Sudáfrica contra Israel (...) por la violación de disposiciones de la Convención de 1948 contra el Genocidio".
También la formación española de izquierda radical Sumar, miembro de la coalición gubernamental, respaldó la iniciativa de Sudáfrica y la consideró como un "paso necesario para impedir el genocidio".
Estados Unidos apoya a Israel y considera que las acusaciones de Pretoria son "infundadas".
"Israel tiene derecho a defenderse", señaló el portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller. "Israel opera en un entorno excepcionalmente difícil en Gaza, un campo de batalla urbano en el que Hamás [...] se esconde intencionadamente detrás de civiles".
Como se trata de un procedimiento de urgencia, la CIJ podría pronunciarse en cuestión de semanas.
Aunque sus fallos son definitivos y no pueden ser apelados, los países no siempre siguen los veredictos de la corte, como en el caso de Rusia, intimada en vano por la CIJ a poner fin a su invasión de Ucrania.