Sandra Díaz, la tica que trabajó indocumentada en un club de golf del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, asistirá al discurso anual de rendición de cuentas que el mandatario estadounidense dará este martes ante el Congreso de su país.
Díaz irá con el congresista demócrata Jimmy Gómez, quien le extendió la invitación al denominado Estado de la Unión, luego de que ella denunciara que laboró en el servicio doméstico de Trump durante poco más de tres años, pese a estar sin papeles.
“Sandra Díaz, una extrabajadora indocumentada, que fue contratada en el campo de golf Trump será mi invitada en el #StateOfTheUnion (Estado de la Unión). #Trump llama a los inmigrantes asesinos y violadores, pero él quiere que limpien sus hoteles y resorts de golf. La hipocresía en su peor momento”, alegó en Twitter el congresista, quien representa a un distrito de la ciudad de Los Ángeles.
“Ella (Díaz) es la prueba de que el presidente Trump no podría estar más equivocado, tanto moralmente como factualmente, cuando demoniza a los que vienen a Estados Unidos en busca de una mejor vida", agregó el congresista en su página oficial.
Gómez ha defendido los derechos de los migrantes desde que llegó al Congreso en el 2017. En diciembre, por ejemplo, viajó a la frontera con México para conocer las condiciones en que vivían quienes pedían refugio, y además solicitó investigar las razones del porqué se decidió dejar de otorgar permisos a los migrantes de países devastados por conflictos armados.
Él aprovechará que dispone de una invitación extra –como el resto de congresistas–, para llevar a Díaz al discurso anual del presidente Trump, en momentos de tensión, luego de que el Congreso se negara a financiar el muro fronterizo.
Este año, algunos de los asistentes, como Sandra Díaz, reflejarán la división del país estadounidense sobre la migración. Por ejemplo, Trump y la primera dama Melania invitaron a los padres de dos víctimas de la Mara Salvatrucha MS-13, mientras que los demócratas quisieron más bien resaltar la condición laboral actual de los migrantes latinoamericanos.
Sandra Diaz, a formerly undocumented worker, who was hired by the Trump Golf Course will be my guest at the #StateOfTheUnion. #Trump calls immigrants murders and rapists, but he wants them to clean his hotels and golf resorts. Hypocrisy at its worst.
— Jimmy Gomez (@JimmyGomezCA) February 1, 2019
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Reuniones en Washington
La invitación a Sandra Díaz se concretó la semana pasada después de diversas reuniones con al menos cuatro congresistas demócratas, donde además de Jimmy Gómez, estuvieron Joe Kennedy III, Robert Menendez y Cory Bookery. A los encuentros la nacional acudió junto a otros extrabajadores del exclusivo campo de golf, ubicado en Bedminster, Nueva Jersey.
"Llegamos a Washington y estuvimos reuniéndonos con senadores, con congresistas, recibimos un montón de apoyo (...). Trump quiere cerrar la puerta para que no entren los inmigrantes, pero sí los tiene trabajando en sus negocios. Es la puerta que se abre para poder frenarlo a él, por eso necesitan que nosotros vayamos”, dijo la costarricense en una entrevista telefónica con La Nación.
La meta de Díaz es ayudar a que todas las personas indocumentadas que trabajaron para Trump consigan algún tipo de protección legal, mientras las autoridades investigan sus denuncias.
Entre los invitados al Estado de la Unión también estará Victorina Morales, la guatemalteca que trabajó con Díaz y seguía en el club privado cuando contaron su historia al periódico The New York Times, en un reportaje que se publicó el pasado 6 de diciembre.
En ese artículo, Díaz contó que inició como mucama en el club de Nueva Jersey y después fue ascendida de puesto y se le encomendó la limpieza de algunas residencias privadas, incluyendo la de Trump y su hija Ivanka. A ella le tocaba limpiar esas casas y hasta lavar la ropa del ahora presidente.
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Al mismo tiempo, le correspondió entrenar al personal nuevo y fue en esa labor como instructora, donde vio como agredían a sus compañeras de trabajo y las llamaban incluso “estúpidas”, según relató.
Ella añadió que tomó la decisión de renunciar después de que tuvo que intervenir en un altercado en el que una supervisora intentó tirar del pelo a otra trabajadora inmigrante.
Durante cinco años ella mantuvo guardadas esas historias y decidió contarlas hasta hace pocos meses cuando habló con su amiga, Victorina Morales, quien dijo que el abuso hacia los trabajadores aumentó después de la elección de Trump como presidente.