La Paz. El presidente Evo Morales se perfilaba como ganador de las elecciones en la primera vuelta -realizada el domingo- al conseguir una ventaja de 10,14 puntos porcentuales respecto a su principal adversario, el periodista e historiador Carlos Mesa, según el escrutinio rápido del 95% de los resultados, anunció este martes el Tribunal Supremo Electoral (TSE).
De confirmarse esta tendencia, Morales -abanderado del Movimiento Al Socialismo (MAS), habrá logrado su tercera reelección consecutiva sin necesidad de disputar un balotaje, el 15 de diciembre, informó el diario boliviano El Deber.
De acuerdo con esos datos, los votos de Bolivia y el exterior le dan a Morales el 46,86% de los votos y el 36,72% a Carlos Mesa, una diferencia de 10,14 puntos.
Con base en la Constitución, para imponerse en la primera ronda, un candidato debe lograr el 50% más uno de los votos válidos o sacar 40% y una ventaja de al menos 10 puntos porcentuales sobre el segundo lugar.
El escrutinio se paralizó el domingo en la noche luego de un primer corte del 84% del recuento que daba a Morales 45,28% y 38,16% a Mesa.
Este, postulado por Comunidad Ciudadana (CC), anunció de inmediato que desconocía los nuevos resultados y llamó a la población y grupos cívicos a acuerparlo en su decisión. “Nos comprometemos a trabajar en esa articulación para llevar adelante una batalla democrática en defensa del voto popular, vamos a pedir fuera esta dictadura, viva Bolivia”, manifestó Mesa, según consignó El Deber.
Imperaba un clima de suspicacias debido a que las autoridades electorales suspendieron la noche del domingo el escrutinio de los votos en un conteo rápido, reanudado tras casi 20 horas de parálisis.
Para evitar cuestionamientos, el canciller Diego Pary y los observadores de la Organización de estados Americanos (OEA) “acordaron establecer un equipo de acompañamiento permanente en el proceso de conteo oficial de votos” de los comicios, consignó un Twitter el Ministerio de Relaciones Exteriores de Bolivia.
El acuerdo siguió a un llamado público de Pary a los organismos y embajadas extranjeras en el país a seguir el conteo “para que el proceso concluya con toda la transparencia necesaria”, luego que el candidato opositor y expresidente Carlos Mesa acusó a al gobierno de “manipular” el resultado de los comicios para evitar un balotaje.
El jefe de la misión observadora de la OEA, el excanciller costarricense Manuel González, expuso su extrañeza por el “cambio drástico e inexplicable” de los resultados.
Hizo referencia a que la tendencia el conteo rápido y ejercicios realizados por expertos en estadística indicaban que debía haber segudna ronda de comicios.
“A las 20:10 por decisión del pleno, el TSE decidió de emitir resultados preliminares, 24 horas después el TSE presentó resultados con un cambio inexplicable que modifica drásticamente el destino de la elección y genera pérdida de confianza en el proceso electoral”, dijo González, citado por aquel periódico.
Clima de efervescencia
Horas más tarde, la OEA tuiteó que “rechaza la interrupción del conteo definitivo” en la región de Potosí, donde comenzaron las protestas contra el Tribunal Supremo Electoral, acusado de falta de transparencia. Las protestas se extendieron luego a La Paz (oeste), Santa Cruz (este) y otras ciudades menores.
Mesa, quien gobernó entre 2003 y 2005, denunció ante los veedores de la OEA que el ente electoral "interrumpió arbitrariamente" el conteo y exigió que "en el curso del día conozcamos el resultado final que no es otro que el de una segunda vuelta".
El Tribunal Supremo Electoral (TSE) paralizó la difusión del escrutinio el domingo, tras un primer y único informe de conteo rápido del 84% de las actas que daba un 45,28% a Morales y un 38,16% a Mesa, datos que anticipan un balotaje el 15 de diciembre.
Waldo Albarracín, líder de la influyente organización civil de derecha Conade, alertó de que el oficialismo genera un clima de inestabilidad y afirmó que “si en este país se suscita una guerra civil, es responsabilidad de este gobierno”.
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— La Razón Digital (@LaRazon_Bolivia) October 22, 2019
Manifestantes queman y causan destrozos en el TED de Chuquisaca por el descontento frente a los resultados de las elecciones. pic.twitter.com/zg0k3RKZi1
Mientras, Estados Unidos expresó preocupación por la "repentina interrupción de la tabulación electrónica de votos" y llamó a restablecer "ya" la "credibilidad y la transparencia" del proceso electoral, en un tuit del subsecretario interino de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental, Michael Kozak.
A su pedido se unieron los gobiernos de Argentina, Brasil y Colombia.
Morales, de 59 años, confiaba en que el voto rural y del exterior volcara el resultado a su favor para asumir nuevamente el 22 de enero y cantó victoria la noche del domingo, sin referirse a un eventual balotaje.
“El pueblo boliviano se ha impuesto para continuar con el proceso de cambio (política oficialista)”, manifestó desde la casa de Gobierno en La Paz.
En un escenario de polarización, un balotaje se convertiría en una suerte de referendo para Morales sobre sus casi 14 años de gobierno, según consideró Mesa en un encuentro con la prensa donde calificó de “triunfo incuestionable” su pase a segunda vuelta.
“Si hay una segunda vuelta se transforma en referendo”, declaró Gaspard Estrada, especialista en América Latina de la Universidad de Ciencias Políticas de París.
En ese caso, "Bolivia tendrá que escoger entre dos opciones" y "el país conoce perfectamente cuál es el camino de la construcción democrática", dijo Mesa.
“Esa será una elección en la que se juega el destino de Bolivia”, insistió el expresidente, de 66 años.
Si, en cambio, se plantea un triunfo de Morales en primera ronda, en medio de un clima de sospecha, algunos sectores de oposición, como el Conade, han llamado a la “rebelión”.
La decisión de Morales de volver a postularse es mal vista por un segmento de la población y fuertemente criticada por la oposición, que cree que si gana, Bolivia va camino hacia una autocracia.
Morales se vio favorecido por un fallo del Tribunal Constitucional que lo habilitó en el 2017 para una reelección indefinida, alegando que postularse es su derecho humano, un año después de perder un referendo que consultaba a la población sobre el tema.