Tribunal de apelación condena a 12 años de cárcel a Lula da Silva

Porto Alegre, Brasil. Un tribunal de apelación condenó el miércoles a 12 años y un mes de cárcel al expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, quien replicó proclamando ante miles de partidarios su intención de volver a dirigir el país.

“Ahora quiero ser candidato a la presidencia de la República”, afirmó en Sao Paulo el exmandatario de izquierda (2003-2010), que lidera los sondeos para las elecciones de octubre.

Lula, quien que aún dispone de recursos para evitar la prisión, fue considerado culpable de haberse beneficiado de un apartamento tríplex que le entregó la constructora OAS a cambio de su mediación para obtener contratos en la firma estatal Petrobras.

El exgobernante estuvo en Costa Rica a finales de agosto del 2011 para impartir una conferencia a empresarios y autoridades gubernamentales de la región sobre la “integración y desarrollo económico y social de los países latinoamericanos”.

Lo trajo OAS, promotora y principal patrocinador de esa actividad, indicó Rodrigo Mattos, entonces gerente comercial para Centroamérica de esa empresa.

La condena inicial contra Lula era de nueve años y medio de prisión.

Los tres magistrados del Tribunal Regional Federal nº 4 (TRF4) de Porto Alegre (sur) respaldaron así ampliamente las conclusiones del juez Sergio Moro, autor de la sentencia de primera instancia.

El caso se enmarca en la Operación Lava Jato sobre sobornos pagados por constructoras a políticos de todas las tendencias para obtener contratos en la firma petrolera estatal.

El aumento de la sentencia se debe al agravante de que Lula, por su posición de mandatario de la República del 2003 al 2010, carga con una “culpabilidad extremamente elevada”, en palabras del juez del TRF4 Joao Gebran Neto.

Los mercados, que temen un retorno de la izquierda al poder, celebraron la derrota judicial de Lula. La Bolsa de Sao Paulo cerró con un alza de 3,72%, a 83,680 puntos, un récord histórico.

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Miles de personas -50.000 según los organizadores-, en su mayoría jóvenes vistiendo camisetas rojas, acudieron a la concentración convocada por organizaciones de izquierda en el centro de Sao Paulo, a la cual se sumó el exmandatario.

“Salimos a la calle porque defendemos a Lula con uñas y dientes y porque lo consideramos como el mejor presidente de Brasil”, afirmó uno de los participantes, Albingo Barzi.

Lula desafiante

“Pueden retirarme derechos, no hay problema. Pero lo que yo quiero disputar con ellos es la conciencia del pueblo brasileño”, proclamó Lula con su voz rasgada, levantando una ovación de los asistentes.

“Ellos no pueden encarcelar a las ideas, a la esperanza. Lula es tan solo un hombre de carne y hueso. Pueden prender a Lula, pero las ideas ya están con el pueblo”, continuó el exlíder sindical, de 72 años.

Nelson “Mandela fue preso y después volvió y se convirtió en el presidente de Sudáfrica”, señaló, evocando al ídolo de la lucha contra el apartheid.

El Partido de los Trabajadores (PT) denunció “una farsa judicial”.La dirección de ese partido se reunirá el jueves en Sao Paulo para proclamar su apoyo a la candidatura de su dirigente histórico.

“Este veredicto no es seguro y es un fracaso de la Justicia, y nosotros continuaremos peleando contra esta condena política” , indicaron sus abogados en un comunicado.

“Los derechos humanos básicos de Lula han sido violados, y todos sus recursos legales internos están cerrados. Referiremos las acciones y decisiones de este tribunal a la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas” .

“Lucharemos en defensa de la democracia en todos los foros, en la judicatura y sobre todo en las calles”, anunció Gleisi Hoffmann, presidenta del partido, en un comunicado.

“Si algunos piensan que la historia termina con la decisión de hoy, están terriblemente mal porque nosotros no nos rendiremos ante la injusticia”.

El PT trata de recuperarse de los duros golpes recibidos estos últimos años: graves acusaciones de corrupción contra muchos de sus principales dirigentes y la destitución, en el 2016 de Dilma Rousseff, heredera de Lula

"Lula es favorito, pero su candidatura es sumamente incierta en este momento. Es una situación dramática para la democracia brasileña”, consideró el politólogo Fernando Schüler, del Instituto de Investigación y Educación (Insper), de Sao Paulo.

El abogado de Lula, Cristiano Zanin Martins, pidió “la nulidad del proceso y la nulidad de la sentencia”, aduciendo falta de pruebas.

Pero, según el juez Gebran Neto, el hecho de que no exista un título de propiedad del apartamento tríplex de Guarujá se debe precisamente a la intención de ocultar que Lula era el verdadero destinatario del inmueble.

“El expresidente fue uno de los articuladores, si no el principal, del amplio esquema de corrupción” en Petrobras, que fragilizó “todo el proceso político brasileño”, sostuvo el juez del TRF4.

La condena por unanimidad reduce los tiempos de los recursos, que son solo aclaratorios, y no de fondo.

Tras la decisión, el exgobernante debería ser declarado “inelegible”, aunque también caben recursos que le permitirían ganar tiempo e incluso registrarse como candidato y hacer campaña.

Tensiones y divisiones

Con las tensiones al máximo, las autoridades cerraron las calles aledañas al tribunal de la ciudad de Porto Alegre, en el sur del país. Helicópteros sobrevolaron la zona y hubo policías montados y francotiradores en las azoteas.

El caso generó tal atención que por la tarde un gran número de brasileños se expresaron en Twitter: Tres de las principales 10 tendencias a nivel mundial estaban relacionadas con el caso.

Una de las tendencias a nivel mundial era la etiqueta MoluscoNaCadeia que significa “Molusco en la cárcel” , en referencia al apodo con el que el expresidente es conocido a nivel mundial, Lula, que en portugués significa calamar.

En esta nación profundamente polarizada, el caso forma parte de una larga narrativa, en la que partidarios y detractores de Lula ofrecen sus propias interpretaciones.

Lula y sus simpatizantes dijeron que ese y otros casos de corrupción son un intento de alejarlo de la posibilidad de regresar a la Presidencia. Argumentan que es parte de una conspiración de la élite brasileña que busca mantener alejado a un presidente como Lula, quien se enfoca en los pobres y nivela el terreno de juego en una de las naciones con más desigualdad en el mundo.

Los detractores sostienen que Lula y su partido dirigían el país mientras un extenso sistema de corrupción desviaba miles de millones de dólares de la petrolera estatal Petrobras y ayudaba a que la economía más grande de América Latina cayera a su peor recesión en décadas