Washington. Donald Trump estalló de ira este lunes tras el anuncio del allanamiento por el Buró Federal de Investigaciones (FBI) de las oficinas en Nueva York de su abogado personal, Michael Cohen, el hombre que pagó a una actriz porno para que guardara silencio sobre una presunta relación con el actual presidente.
”¡Es una vergüenza! ¡Es una verdadera vergüenza! Es un ataque contra nuestro país”, protestó el presidente estadounidense en presencia de los principales dirigentes militares del país, reunidos en la Casa Blanca para abordar el tema sirio.
Esta operación se produjo “en parte a pedido” del fiscal especial Robert Mueller, señaló en un comunicado el abogado de Cohen, Stephen Ryan.
Mueller dirige la investigación sobre una presunta colusión entre el equipo de Trump y funcionarios rusos durante la campaña presidencial del 2016 tendiente a favorecer al magnate republicano.
Los servicios del fiscal especial se negaron a comentar esta operación tras haber sido contactados por la AFP.
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“Hablamos de Siria, hablamos de cosas serias, y tengo esta caza de brujas (...) que ya dura más de 12 meses. Se puede incluso decir que comenzó el día que gané la nominación” republicana para las presidenciales del 2016, continuó el septuagenario presidente.
“Mucha gente está furiosa, se lo puedo afirmar”, agregó.
Ryan aseguró que se trató de un allanamiento “completamente inapropiado e innecesario” que tuvo como consecuencia “la incautación inútil de comunicaciones confidenciales abogado-cliente” por parte de la policía federal.
“Esta táctica gubernamental es muy mala, porque Cohen ha cooperado totalmente con todas las entidades gubernamentales, por ejemplo entregando miles de documentos no confidenciales al Congreso y declarando bajo juramento”, agregó, aludiendo al testimonio del abogado ante una comisión del Senado en setiembre del 2017.
Cohen, un fiel defensor de Donald Trump, es a menudo calificado de “pitbull”. Durante años fue el principal abogado de la Trump Organization, el grupo neoyorquino del magnate que hoy administran sus familiares, y fue uno de los portavoces del actual presidente durante la campaña electoral.
El diario Washington Post afirmó a comienzos de este mes que el fiscal Mueller consideraba a Trump como uno de los sujetos de su investigación, sin disponer aún de elementos para acusarlo. Mueller intenta igualmente determinar si el presidente puede ser juzgado por obstrucción a la justicia.
Desde su apertura, en mayo del 2017, la investigación ha ido golpeando cada vez más cerca del presidente.
Varios miembros de su equipo de campaña han sido acusados y el abogado que dirigía el equipo de asesores de Trump renunció, al estimar que sus recomendaciones caían en saco roto.
Según la prensa del país norteamericano, los documentos incautados están también vinculados con una relación mantenida por el presidente con la actriz porno Stormy Daniels.
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Daniels, cuyo verdadero nombre es Stephanie Clifford, afirma haber mantenido relaciones sexuales con Trump en el 2006 y el 2007. En esa época, el actual presidente ya estaba casado con Melania, su esposa de hoy, con quien tuvo a su hijo Baron en marzo del 2006.
Cohen admitió en enero pasado haber pagado 130.000 dólares a la actriz en el marco de un acuerdo de confidencialidad, pocos días antes de la elección presidencial de noviembre del 2016. Aseguró también que esa suma provenía de sus propios fondos y no del dinero de la campaña, y que su cliente no había sido enterado del caso.
Trump, que siempre negó haber mantenido una relación con Daniels, afirmó la semana pasada que no estaba al tanto de la entrega del dinero a la actriz.
Daniels acudió recientemente a la justicia para intentar anular el acuerdo de confidencialidad, afirmando que carecía de validez porque Trump no lo había firmado.
Según el New York Times, que menciona una fuente cercana a la investigación, los policías del FBI recuperaron correos electrónicos y documentos fiscales.
El Washington Post, que también cita una fuente allegada al caso, sostuvo que Cohen es sospechado de haber cometido fraude bancario y violaciones a las reglas sobre el financiamiento electoral.
Algunos analistas se preguntan si Trump piensa en despedir a Mueller.
“Creo que lo que está sucediendo es una vergüenza. Veremos lo que pasa (...). Mucha gente me dice: ‘usted debería echarlo’”, dijo el presidente en la Casa Blanca.