Washington. El presidente estadounidense, Donald Trump, abandonó sus intenciones de endurecer el control de antecedentes para la compra de armas después de hablar con el presidente de la Asociación Nacional del Rifle (NRA), un poderoso lobby armamentístico, dijeron el miércoles medios estadounidenses.
Tras varios tiroteos masivos, Trump expresó su apoyo provisional para endurecer los controles de venta a potenciales compradores con el objetivo de sortear las lagunas que permiten no registrar muchas ventas.
De acuerdo con algunos medios, el mandatario dijo el martes al director de la Asociación Nacional del Rifle (NRA), Wayne LaPierre, que instaría al Congreso a aprobar leyes de “bandera roja” que permitan la eliminación temporal de armas a personas consideradas como un riesgo para ellos mismos o para otros.
Pero afirmó que él no liderará los esfuerzos para establecer una ley que impida las ventas no reportadas y no revisadas, tanto online como en exhibiciones de armas, lejos de las tiendas de armas con licencia, dijeron los informes citando fuentes de la Casa Blanca.
La posición de Trump es crucial, ya que los congresistas republicanos, que cuentan con el voto de ciudadanos que están a favor de las armas, no pueden cambiar las leyes armamentísticas sin el apoyo del presidente.
Por otro lado, los demócratas no pueden impulsar leyes en el Congreso sin el respaldo de los republicanos, que controlan el Senado y la Casa Blanca.
La Casa Blanca no hizo comentarios oficiales sobre los informes, que aseguraban que Trump fue quien inició la conversación telefónica con LaPierre.
Pero el director de la NRA confirmó el martes la llamada y aseveró que Trump es un firme defensor de la Segunda Enmienda de la Constitución, que según los defensores de las armas garantiza derechos absolutos y amplios para comprar y poseer armas de fuego sin interferencia del gobierno.
"Hoy hablé con el presidente. Discutimos los mejores modos de prevenir este tipo de tragedias", tuiteó LaPierre en referencia a los tiroteos masivos.
Trump “es un presidente férreo defensor de la Segunda Enmienda y apoya nuestro derecho a portar y mantener armas!”, dijo LaPierre.
A pesar de que habló con periodistas el martes, Trump no mencionó la llamada, aunque sí manifestó que Estados Unidos tiene “verificaciones de antecedentes muy, muy fuertes en este momento” y añadió que las reglas podrían endurecerse para las personas con problemas de salud mental.
“Muchas de las personas que me trajeron a donde estoy son firmes defensores de la Segunda Enmienda, y yo también lo soy”, explicó el mandatario.
“Creo que los demócratas renunciarían a la Segunda Enmienda”, añadió.