Washington. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, llamó el miércoles a Rusia a dejar de apoyar a Nicolás Maduro y retirarse de Venezuela tras el envío de aviones militares, al recibir a la esposa de Juan Guaidó, el hombre que reconoce como presidente interino venezolano.
“Rusia tiene que irse”, afirmó Trump, después de que Moscú enviara el fin de semana pasado aviones con personal y equipos militares en “cooperación” con el gobierno de Maduro, cuya autoridad Washington desconoce.
Al reunirse en la Casa Blanca con Fabiana Rosales, Trump insistió en que “todas las opciones están sobre la mesa” para presionar por la salida de Maduro, una frase que viene repitiendo desde hace meses al ser consultado sobre una eventual intervención estadounidense en Venezuela, pero que esta vez pronunció con gran énfasis.
“En este momento están bajo mucha presión. No tienen dinero, no tienen petróleo, no tienen nada. No tienen electricidad”, dijo Trump sobre Venezuela, afectada por un masivo apagón desde el lunes, poco después de la peor falla eléctrica de su historia, que duró casi una semana.
Hoy nos recibió el Presidente de los EE.UU @realDonaldTrump y el Vicepresidente @mike_pence conversamos junto a nuestro embajador @carlosvecchio sobre la situación en Venezuela.
— Fabiana Rosales (@FabiiRosales) March 27, 2019
Gracias al gobierno de los EE.UU por su solidaridad y apoyo al pueblo venezolano. pic.twitter.com/rCucrV2a4p
“Aparte de militar, no se puede tener más presión de la que tienen... Todas las opciones están abiertas”, señaló.
Rosales fue recibida en la Oficina Oval como la “Primera Dama de Venezuela”, en el marco de los esfuerzos de Trump para respaldar a Guaidó, quien como jefe parlamentario invocó el 23 de enero la Constitución para declararse presidente encargado, con miras a encabezar un gobierno de transición y organizar nuevas elecciones.
“Estamos con ustedes al 100%”, le dijo Trump a Rosales, una licenciada en comunicación social de 26 años.
“Esto nunca debería haber pasado en Venezuela. Es una tragedia. Las administraciones pasadas permitieron que esto sucediera (...) Pero lo arreglaré”, prometió el mandatario.
La esposa de Guaidó, que este jueves se reunirá en Mar-a-Lago (Florida) con la primera dama estadounidense, Melania Trump, para buscar formas de hacer llegar ayuda humanitaria a Venezuela, destacó la magnitud de la debacle en su país, agudizada por los cortes de energía.
"Venezuela está pasando por una crisis muy grave”, dijo, atribuyendo la muerte de niños por falta de luz, comida y medicinas a la “terrible dictadura” de Maduro.
Rosales, que en la Oficina Oval dijo temer por la vida de su esposo, denunció más tarde una “nueva ola de represión y persecución exacerbada por parte del régimen” de Maduro.
“Todos sabemos que son capaces de asesinar”, dijo a periodistas tras reunirse con la diáspora venezolana.
Rosales destacó la detención por agentes de inteligencia del jefe de gabinete de Guaidó, Roberto Marrero. Su esposa, Romy Moreno Molina, relató en la Oficina Oval cómo fue el allanamiento la madrugada del jueves pasado y dijo no tener comunicación con él.
Entre los recientes actos de intimidación, Rosales también mencionó la “orden de apresar” a su cuñado, Gustavo Guaidó, dijo que el primo de su suegra “hoy está encarcelado”, y señaló “las reiteradas amenazas de cárcel” contra su marido. Además, se refirió con alarma al “atentado” a la caravana de Guaidó el martes en Caracas, condenado enérgicamente por Washington.
Rosales dijo que habló de todo esto con Trump y el vicepresidente Mike Pence, con quien también se reunió, y que sintió su respaldo “como ese abrazo que a uno lo hace sentir más tranquilo”.
“Me dijeron que nos están apoyando, que no nos van a dejar solos, que la comunidad internacional nos esta viendo, que nos respaldan en esta lucha”, señaló. “Y que no vamos permitir que más nadie se siga muriendo en manos de la dictadura”.
Pence, un abierto crítico de Maduro, consideró “una provocación inoportuna” la llegada de aviones militares de Rusia este fin de semana y llamó al gobierno de Vladimir Putin a dejar de apoyar a Maduro. “Nicolás Maduro tiene que irse”, subrayó.
Moscú confirmó el martes el envío de militares para ampliar la “cooperación” entre Moscú y Caracas, según declaró la portavoz de la cancillería.
Rusia, uno de los principales acreedores junto con China de la multimillonaria deuda externa venezolana, se opone a la campaña de Washington contra Maduro.
Putin ha ordenado antes a sus fuerzas militares, o paramilitares, ingresar en escenarios conflictivos para desafiar las estrategias de Estados Unidos, especialmente en Siria y Ucrania.