West Palm Beach. Donald Trump emitió su voto anticipado en la mañana del sábado en un centro electoral en West Palm Beach, en Florida, al inicio de otra cargada jornada de campaña, 10 días antes de las elecciones presidenciales de Estados Unidos.
El presidente estadounidense, que pelea su reelección con el demócrata Joe Bien, acudió a una biblioteca habilitada para votar cercana a su propiedad de Mar-a-Lago, en el estado al que cambió su residencia fiscal desde su natal Nueva York, donde fue abucheado hace cuatro años al sufragar.
“Voté por un tipo llamado Trump”, dijo sonriente al salir.
Casi 55 millones de estadounidenses ya han emitido su voto anticipado, en una elección condicionada por la pandemia de coronavirus.
Al emitir el voto, Trump usó una mascarilla, algo que rara vez suele hacer el mandatario que ha minimizado al virus desde el inicio de la crisis sanitaria e incluso se ha contagiado.
“Fue una votación muy segura. Mucho más segura que cuando envía una boleta, puedo decirle eso”, dijo Trump, quien insiste sin dar evidencia en que la votación por correo conduce al fraude.
“Todo fue perfecto, muy estricto, acorde con las reglas. Cuando envías tu boleta, nunca podría ser tan seguro como esto”, añadió el mandatario, quien hace un frenético esfuerzo de última hora para alcanzar a Biden en la recta final de la carrera.
Decenas de simpatizantes se reunieron el sábado por la mañana para apoyarlo en Florida.
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Este sábado su agenda incluye mitines de campaña en Carolina del Norte, Ohio y Wisconsin, estados clave para retener la presidencia.
“Van a estar muy ocupados hoy, porque vamos a trabajar duro”, dijo Trump a los periodistas que lo acompañan en la cobertura de la campaña. El domingo estará en New Hampshire.
El mandatario ha prometido acelerar aún más el ritmo de campaña, con cinco reuniones por día. “¿Cómo podemos hacer cinco al día? ¿Quién más puede hacer cinco al día? ¿Crees que Joe Biden puede hacer cinco al día? No lo creo”, dijo a los periodistas el viernes por la noche a bordo del avión presidencial, el Air Force One.
Obama y Sanders, en campaña
El candidato demócrata, de 77 años, suele ser objeto de burlas del magnate republicano, debido a su ritmo de campaña mucho más tranquilo y su respeto a las recomendaciones sanitarias que lo ha apartado de las multitudes.
El sábado hará apenas un viaje a su natal Pensilvania, cuya votación será particularmente esperada en noviembre, después de la sorpresiva victoria de Donald Trump en 2016, la primera de un candidato republicano desde 1988 en el estado.
Pero el exvicepresidente de Barack Obama contará con el apoyo del exlíder, todavía muy popular entre los demócratas, que celebrará una reunión en formato “drive-in” (desde el vehículo) en Florida, otro estado clave que en el pasado ganó dos veces, en 2008 y 2012.
Otra figura demócrata, el senador Bernie Sanders, exoponente de Biden en las primarias y aún muy popular entre el ala izquierda del partido, también hará campaña en Pensilvania.
A pesar de las encuestas, que aún le dan a Biden un promedio de 8 puntos porcentuales de ventaja a nivel nacional, Trump sigue siendo optimista, y parece recuperarse levemente en Florida, entre los estados bisagra que definirán la elección.
“No llegamos tarde, estamos por delante. Estamos por delante de donde estábamos hace cuatro años y la ola será aún mayor que hace cuatro años”, dijo Trump el viernes por la noche.
El coronavirus, que ya causó más de 220.000 muertes en el país, sigue representando una amenaza creciente, con un récord de contagios en 24 horas el viernes, con más de 83.000 nuevos casos detectados.
En un comunicado este sábado, Biden volvió a señalar al mandatario como responsable: “El presidente Trump conocía la gravedad de este virus y no le dijo la verdad al pueblo estadounidense”, escribió, y dijo que Trump “no está dispuesto y es incapaz de hacer un trabajo duro para controlarlo”.