Washington. El expresidente de Estados Unidos Donald Trump y el actual mandatario, Joe Biden, se “enfrentan” con respecto a la Asociación Nacional del Rifle (NRA).
Trump dijo el miércoles que hablará esta semana en una convención de la Asociación Nacional del Rifle (NRA), favorable a la tenencia de armas, programada en Texas donde 19 niños y dos maestros murieron luego que un hombre abrió fuego en una escuela de ese estado.
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La intervención de Trump en esa reunión anual del poderoso lobby de las armas está prevista para el viernes.
“Estados Unidos necesita soluciones reales y un liderazgo real en este momento, no políticos y partidismo”, dijo el expresidente en su red social, Truth Social.
“Por eso mantendré mi compromiso de larga data de hablar en Texas en la Convención de la NRA y realizar un importante discurso a Estados Unidos”, dijo Trump.
Los planes y las palabras del exmandatario lo colocan en oposición directa al presidente Joe Biden, quien dijo tras el tiroteo del martes que Estados Unidos debe enfrentarse a la NRA y promulgar leyes significativas para frenar la violencia armada.
“¿Cuándo, por el amor de Dios, haremos lo que todos sabemos en nuestras entrañas que debe hacerse?” preguntó Biden, con una voz cargada de emoción, en un discurso a la nación en las horas posteriores al ataque.
El asalto mortal en Uvalde, Texas, tiene lugar luego de una serie de tiroteos masivos en Estados Unidos este mes: el anterior fue el 14 de mayo cuando un autoproclamado supremacista blanco de 18 años mató a tiros a 10 personas en una tienda de comestibles en Buffalo, Nueva York.
A pesar de los tiroteos masivos recurrentes, múltiples iniciativas para reformar las regulaciones de armas han fracasado en el Congreso de Estados Unidos, dejando en manos de los estados y los gobiernos locales que endurezcan, o debiliten, sus propias restricciones.
EE. UU. está solo en su respuesta a la violencia con armas
Desde hace casi una década, la revista satírica “The Onion” (La cebolla) suele repetir el mismo titular cada vez que se produce una matanza en Estados Unidos: “No hay forma de prevenirlo, El único país donde habitualmente se produce”, un sentimiento de impotencia que comparten muchos estadounidenses.
La publicación lo lleva reproduciendo 21 ocasiones desde 2014, un ritual similar al de las banderas a media asta, los minutos de silencio y las condolencias de los congresistas, que incluso pueden derramar alguna lágrima. Pero luego, no ocurre nada al respecto.
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Es la segunda vez que “The Onion” reproduce este titular en menos de dos semanas, tras el ataque racista contra un supermercado en Buffalo, norte del estado de Nueva York (este), en el que un supremacista blanco mató a 10 personas negras.
El martes, un adolescente de 18 años mató a 19 alumnos y dos profesores de una escuela primaria en el estado de Texas (sur), en la estela de matanzas como las trágicamente famosas de Columbine, Sandy Hook, Parkside.
Pese a la conmoción general, a nivel legal no se ve cambiar nada. En muchas partes del país, comprar un arma es ahora más fácil que nunca.
La falta de respuesta a la violencia contrasta con lo que pasa en otras partes del mundo.
En 2019 un supremacista blanco atacó dos mezquitas en la ciudad neozelandesa de Christchurch, matando a 51 personas e hiriendo a docenas más. Menos de un mes más tarde, el país prohibió el uso civil de casi todas las armas semiautomáticas y los rifles de asalto.
En una entrevista en “The Late Show with Stephen Colbert”, un programa muy popular de la televisión estadounidense, la primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, declaró: “cuando vimos lo que pasó, todo el mundo dijo: nunca más”.
“Nos correspondía a nosotros, los políticos, responder”, afirmó, dejando en evidencia la falta de acción en Estados Unidos.
‘Carnicería’
Ardern descartó el miedo a que un control de las armas pueda influir en actividades como la caza.
“Tenemos necesidades legítimas de armas en nuestro país, para cuestiones como el control de pestes o proteger la biodiversidad” declaró. “Pero no necesitas armas semiautomáticas de tipo militar para hacerlo”, alegó.
Para el ministro australiano de Economía, Jim Chalmers, “es difícil imaginarse que un gran país como Estados Unidos pueda seguir así, con esta violencia causada por las armas, estas matanzas atroces”.
El portavoz de la cancillería china, Wang Wenbin, acusó a Estados Unidos de no hacer frente a la violencia de las armas ni al racismo.
“El gobierno estadounidense no ha hecho nada sustancial para resolver estos problemas en las últimas décadas”, sostuvo.
No todos los políticos estadounidenses reaccionan igual. El presidente Joe Biden, recordó tras la última matanza que “este tipo de tiroteos rara vez ocurren en otras partes del mundo”.
“¿Por que queremos vivir con esta carnicería? ¿Por qué permitimos que siga ocurriendo?”, se preguntó.
El martes por la noche instó a los congresistas a que se enfrenten al poderoso lobby de las armas de la National Rifle Association (NRA), que ha dado miles de millones de dólares, en particular a políticos conservadores, para que no modifiquen la legislación y la hagan más restrictiva.
El Congreso ni siquiera ha podido legislar para que se pueda verificar el historial del comprador ni aumentar la edad mínima para comprar un arma o permitir a los jueces que prohíban que las armas caigan en manos de personas potencialmente peligrosas.
“La diferencia entre Estados Unidos y otros países no es que no haya gente con ideas homicidas, sino que no pueden ir a cualquier supermercado y comprar armas que matan a 20 niños en dos minutos”, resumió el senador por Connecticut,Chris Murphy, a la cadena MSNBC el martes, tras abogar en el Senado por imponer un control estricto a las mismas.