Madrid. Turquía abandonó este martes su oposición al ingreso en la OTAN de Suecia y Finlandia, despejando el camino para que estos dos países del vecindario de Rusia engrosen la Alianza enemiga de Moscú, tras décadas de neutralidad militar.
“Me complace anunciar que tenemos ya un acuerdo que allana el camino para que Finlandia y Suecia se unan a la OTAN”, afirmó Jens Stoltenberg, secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), en Madrid, donde el miércoles se abre oficialmente la cumbre del bloque militar.
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“Turquía, Finlandia y Suecia han firmado un memorando que aborda las preocupaciones de Turquía, incluyendo las que se refieren a exportación de armas y lucha contra el terrorismo”, añadió. Turquía anunció por su lado que “obtuvo lo que quería” para abrir la puerta a ambos países nórdicos.
“Turquía consiguió logros importantes en la lucha contra las organizaciones terroristas”, afirmó en un comunicado la oficina del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan. Los dos países solicitaron su adhesión después de que el presidente ruso, Vladímir Putin, lanzara la invasión de Ucrania a fines de febrero, y tras haber permanecido durante toda la Guerra Fría al margen de la Alianza liderada por Estados Unidos.
El acuerdo trilateral firmado en Madrid “confirma que Turquía apoyará esta semana en la cumbre de Madrid la invitación de que Finlandia y Suecia sean miembros de la OTAN”, anunció, por su parte, el presidente finlandés Sauli Niinisto en un comunicado.
Sin contraprestación de Estados Unidos
Estados Unidos se congratuló por la noticia, aclarando que no hubo concesiones de su parte para que Ankara abriese la puerta. Es un “gran impulso” para la OTAN, se congratuló un funcionario estadounidense bajo anonimato. Boris Johnson, primer ministro británico, pronosticó que la adhesión hará a la Alianza “más fuerte, más segura”.
El pasado 18 de mayo los cancilleres de Suecia y Finlandia entregaron formalmente a Stoltenberg los pedidos de adhesión a la OTAN, pero rápidamente Turquía anunció su oposición, frenando un proceso que debe contar con el visto bueno de todos los aliados, treinta.
El gobierno turco acusaba a Suecia y Finlandia de albergar a militantes del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), una organización considerada “terrorista” por Ankara. Asimismo, denunciaba la presencia en Suecia de partidarios del predicador Fethullah Gülen, del que sospecha que orquestó la intentona golpista contra Erdogan de julio del 2016.
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Finalmente, exigía que se levantase el bloqueo de exportación de armas impuesto por ambos países nórdicos tras su intervención militar en el norte de Siria en octubre del 2019, un endurecimiento de la legislación antiterrorista sueca y la extradición de varios individuos que considera como “terroristas”.
“Ningún aliado ha sufrido ataques terroristas más brutales que Turquía, incluidos los del grupo terrorista PKK”, explicó Stoltenberg. “El gobierno de Turquía y los de Finlandia y Suecia han acordado mejorar su cooperación en materia de lucha contra el terrorismo”, añadió.
También precisó que eso incluía “tomar medidas contra las actividades del PKK y llegar a un acuerdo con Turquía en materia de extradición”. La adhesión es “vital, ya que nos enfrentamos a la mayor crisis de seguridad en décadas”, aseguró Stoltenberg.