Estambul. El fin de la guerra en Ucrania y quizá el inicio de otro conflicto en Siria, centran la nueva reunión este viernes en Rusia, entre el presidente ruso Vladimir Putin, y su homólogo turco Recep Tayyip Erdogan.
Tres semanas después de su conversación en Teherán, el jefe de Estado turco y el mandatario ruso se reúnen en Sochi, a orillas del mar Negro. Erdogan acudió amparado por su éxito diplomático, que favoreció el acuerdo internacional sobre la reanudación de las exportaciones de cereales ucranianos, vía el estrecho del Bósforo.
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Los dos dirigentes se reunirían aunque no está previsto en el programa oficial un encuentro con la prensa.
Este viernes, antes de iniciarse el encuentro entre los dos presidentes, el Kremlin pidió a Turquía no “desestabilizar” a Siria con una nueva operación militar.
Erdogan amenaza desde hace varios meses con desencadenar una nueva operación militar en el norte de Siria, para repeler a los combatientes kurdos, que Ankara califica de terroristas. Este tema “será desde luego objeto de la conversación” entre los dos mandatarios, aseguró este viernes en Moscú el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
Rusia y Turquía son dos importantes actores internacionales en Siria, país devastado por una guerra desde el 2011, donde apoyan a bandos opuestos: Moscú respalda al régimen de Bashar Al Asad y Ankara a los grupos de oposición.
Ello no impiden a Erdogan y Putin cooperar estrechamente sobre Siria en los últimos años, pese a las tensiones que han surgido.
Imagen restaurada
Los dos dirigentes también hablarán de Ucrania, donde Moscú lleva a cabo desde febrero una ofensiva militar.
“La guerra de Rusia contra Ucrania ha restaurado la imagen que Turquía quiere dar de sí misma, la de un actor geopolítico clave, y ha vuelto a dar visibilidad a Erdogan”, afirmó recientemente Asli Aydintasbas, miembro del Consejo Europeo de Relaciones Extranjeras.
Para ella, “la mayoría de los turcos apoya la posición de su país de casi neutralidad entre el Este y el Oeste”.
La voluntad de Turquía, pese a ser miembro de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), de mantener la neutralidad ante Moscú sobre el conflicto en Ucrania le resulta beneficiosa.
Tras meses de esfuerzos, Rusia y Ucrania firmaron en Estambul un acuerdo apoyado por la Organización No Gubernamental (ONU), para que saliera la primera expedición de grano de los puertos ucranianos desde el inicio de la guerra, con destino a Líbano. Y otras exportaciones marítimas continuaron este viernes, reduciendo los temores a una crisis alimentaria mundial.
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Turquía quiere ahora facilitar negociaciones con vistas a una tregua entre el presidente ruso y el ucraniano, Volodimir Zelenski, que podrían celebrarse en Estambul. “Hemos hablado” para ver si “el acuerdo sobre los cereales puede abrir la vía a un alto el fuego duradero”, declaró el miércoles el ministro turco de Exteriores, Mevlüt Cavusoglu, tras una reunión con su homólogo ruso, Serguéi Lavrov, en Asia.
Pero estos esfuerzos son complicados debido a las reiteradas amenazas de Turquía sobre operaciones militares en Siria, donde chocan los intereses de Moscú y Ankara.
“Es probable que la reunión (de este viernes) se centre en una posible incursión en Siria, para la que Turquía no obtiene aún luz verde de Rusia o Irán”, según el especialista Soli Ozel, de la Universidad Has de Estambul. “Rusia debería obtener algo a cambio”, agregó.
Para algunos medios turcos, lo que realmente quiere Putin son drones. Ankara proporcionó a Ucrania sus famosos drones de combate Bayraktar-TB2, de gran eficacia frente a los tanques rusos.
Según responsables estadounidenses, una delegación rusa acudió a Teherán contemplando la compra de centenares de drones. Y el propio Erdogan informó, a su regreso de Teherán, de una demanda de Putin en este sentido. Sin embargo, estas informaciones fueron corregidas luego por un responsable turco que aseguró que el presidente bromeaba.