Milán. Miles de simpatizantes de los partidos nacionalistas y antiinmigrantes, encabezados por el político italiano Matteo Salvini, la francesa Marine Le Pen y el islamófobo holandés Geer Wilders se congregaron este sábado en Milán, Italia, para reforzar sus lazos con las elecciones al Parlamento Europeo en el punto de mira.
“No se trata de la ultraderecha, sino de tener sentido común. Son los extremistas los que han gobernado estos últimos 20 años a Europa", clamó Salvini desde el palco instalado en la céntrica plaza del Duomo, la catedral milanesa.
La gran fiesta de la ultraderecha europea se empañó este sábado con la renuncia del vicecanciller de extrema derecha austriaco Heinz-Christian Strache por sospechas de corrupción, tras la divulgación de un video junto a oligarcas rusos, lo que compromete su imagen en todo el continente.
A una semana para las elecciones europeas, Salvini y su principal aliada, la francesa Le Pen, líder de Agrupación Nacional (AN), intentan construir una alianza ultraderechista con unas 12 formaciones, con la idea de convertirse en la principal fuerza política en el Parlamento Europeo.
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“No queremos esta Unión Europea (UE) que alimenta una globalización salvaje, sin reglas, que hace trabajar a esclavos para vender mercancía a desempleados”, clamó este sábado la líder de la extrema derecha francesa.
A la gran manifestación de la ultraderecha han asistido delegaciones de Alemania, Austria, Bélgica, Bulgaria, Dinamarca, Eslovaquia, Estonia, Finlandia, Francia, Holanda y República Checa.
Banderas azules, pancartas con el lema “Italia primero” y cientos de fotos de Salvini con “Gracias Matteo” resaltaban.
“No a los burócratas, a las barcazas de migrantes y a los bienpensantes” rezaba otra.
“Quiero otra Europa”, comentó a la AFP el siciliano Cino Maddaloni, entre los simpatizantes que asistieron pese a la lluvia.
La internacional ultraconservadora está sin embargo muy dividida, pues entre las formaciones reinan las divergencias en cuestiones como los presupuestos o la distribución de los migrantes que se encuentran en la UE.
El gran objetivo es lograr que el grupo Europa de las Naciones y las Libertades (ENL) se convierta en la tercera fuerza del Parlamento Europeo, contando para ello con La Liga, la AN, el Partido de la Libertad de Austria (FPÖ) y el flamenco Vlaams Belang, y así superar a los liberales y condicionar la política de la UE.
Salvini, vice primer ministro y ministro del Interior de Italia, ha multiplicado sus mitines electorales en las últimas semanas y no cesa de pedir a sus electores que se movilicen.
“El 26 de mayo se escoge ente el pasado y el futuro, entre la gente y los banqueros”, clamó.
Miles de simpatizantes viajaron a la capital financiera de Italia, entre ellos 50 buses desde Turín, para escuchar a los líderes ultraderechistas Salvini, Le Pen y Wilders, líder del Partido por la Libertad (PVV) holandés.
“Basta islam, basta islam”, gritó en reiteradas ocasiones el líder holandés, célebre por sus posiciones islamofóbicas.
El diario italiano La Repubblica estima que Salvini podría obtener un buen resultado en las elecciones, pero reconoce que tiene muchas dudas sobre su liderazgo a nivel del Parlamento Europeo, ya que considera “irrealizable” una alianza internacional de las varias formaciones soberanistas.
“Los primeros que le han cerrado la puerta a Salvini fueron precisamente aquellos que la Liga considera sus interlocutores: la derecha austriaca, bávara y finlandesa”, recuerda el periódico.
Las diferencias, en efecto, son muchas. Pesa mucho la relación con Rusia, ya que tanto Le Pen como Salvini son considerados cercanos a Moscú, mientras que los partidos nacionalistas de los ex países comunistas son alérgicos a esa idea.
Para Sven Giegold, que encabeza las listas de los Verdes en Alemania, una alianza entre Matteo Salvini y George Meuthen, líder de Alternativa para Alemania (AfD), quien confirmó su presencia en Milán, es “totalmente imposible”.
“Salvini quiere la redistribución de los refugiados en Europa, Meuthen no quiere recibir ni uno y tampoco quiere dar dinero para la Europa del sur”, explicó Giegold a la agencia de prensa AGI.
Salvini evitó hablar de las divergencias y del escándalo austriaco y prefirió citar a sus puntos de referencia, entre ellos el papa Benedicto VI y a la periodista Oriana Fallaci, crítica en sus últimos años del islam.
Según los sondeos más recientes, la Liga obtendría 26 diputados para el Parlamento Europeo, 20 más de los que cuenta actualmente, AN ascendería a 20 (+5) y la AfD a 11 (+10).
Otros partidos, algunos pequeños y con pocas posibilidades de obtener escaños, como el Volya búlgaro o el eslovaco Sme Rodina, lograrían un escaño.
A pocos kilómetros, en el parque Sempione, manifestantes antifascistas comenzaron a llenar al espacio para protestar contra la estrategia derechista.
“Recibir a los migrantes, expulsar a Salvini”, rezaba un cartel.
Brillaron por su ausencia el primer ministro húngaro, el ultraconservador Viktor Orban, quien garantizó a Salvini su “cooperación” tras las elecciones, aunque se niega a toda alianza con Le Pen.
Tampoco estará representado el gobernante Partido Ley y Justicia de Polonia, otra deserción importante.