Caracas. Venezuela elige este domingo a gobernadores y alcaldes con la participación del grueso de la oposición, que rompe años de boicot electoral y llamados a la abstención, en un proceso que también trae el retorno de observadores internacionales tras más de una década de ausencia.
Están convocados a las urnas 21 de los 30 millones de habitantes para escoger a 23 gobernadores y 335 alcaldes, así como legisladores regionales y municipales, entre más de 70.000 candidatos.
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La votación debe extenderse hasta las 6 p.m., siempre y cuando no haya electores en fila. El lapso habitualmente se extiende y los resultados no llegan hasta bien entrada la madrugada. En las primeras horas de la mañana algunos centros de votación en Caracas tenían pocos electores y demoras por el bajo quórum de testigos electorales, constató la AFP, no obstante, el presidente del Consejo Nacional Electoral (CNE), Pedro Calzadilla, señaló que “todo marcha dentro de lo previsto”.
“Aquí está la oposición, la revolución, estamos todos presentes para ejercer nuestro derecho al voto”, dijo Luis Tirado, un militante del chavismo de 57 años antes de sufragar en una escuela en la gigantesca barriada de Petare donde están inscritos más de 8.000 votantes.
Estos comicios pueden servir como nuevo punto de partida tanto para el presidente Nicolás Maduro, que busca el levantamiento de sanciones, como para la oposición, que vuelve a la vía electoral con la mirada puesta en una elección presidencial “transparente” en el 2024, aunque el próximo año tiene la opción de un referendo para revocar el mandato del gobernante.
“Son los venezolanos los que tenemos que construir un país, no es Europa, no es Estados Unidos”, apuntó Tirado vestido con una chaqueta con los colores de la bandera de Venezuela.
‘Que la abstención disminuya’
Para Aura Hernández, opositora de 67 años, el mayor reto es vencer la abstención. “Espero que la abstención disminuya, tenemos que participar para poder reclamar, si no participamos ¿Qué reclamamos?”, señaló desde un colegio en la zona capitalina de Chacao con pequeñas filas.
Sin embargo, la oposición regresa fracturada, debilitada y sin candidaturas unitarias en la mayoría de las regiones, y es “previsible que el chavismo arrase”, estimó Pablo Quintero, politólogo y director de la firma LOG. La oposición se negó a participar en la elección presidencial de 2018, en la que fue reelecto Maduro, y en las legislativas del 2020, en las que el oficialismo recuperó el Parlamento.
Ambos procesos, entre acusaciones de “fraude”, tuvieron amplio rechazo internacional, liderado por Estados Unidos y la Unión Europea (UE), que esta vez acompañará las votaciones con una misión de 130 observadores desplegados en el país.
La UE no trabajaba en una elección en Venezuela desde hacía 15 años, pues las autoridades venezolanas optaron por “misiones de acompañamiento” de países y organizaciones cercanas al chavismo. Para esta elección se instalaron igualmente paneles de expertos de Naciones Unidas y el Centro Carter.
“La observación internacional es positiva e importante, le da validez al proceso”, explicó Luis Vicente León, director de la encuestadora Datanálisis. La UE tiene previsto presentar un informe preliminar el martes. Maduro ha advertido que el bloque no puede “dar veredicto” sobre los resultados.
‘Elecciones, no sanciones’
Blanco de sanciones internacionales, incluido un embargo petrolero de Estados Unidos, el gobierno de Venezuela tiene fondos bloqueados en el extranjero y quiere vender su petróleo sin restricciones, así como importar gasolina, escasa ante la destrucción de la industria.
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Maduro, que sostiene que estas medidas son la causa de los muchísimos problemas del país, hizo ciertas concesiones como impulsar una nueva directiva del CNE con presencia de la oposición, aunque sigue dominada por el chavismo. “Así es que se toman las decisiones: ¡con elecciones, no con sanciones!”, expresó Adosely Muñoz, de 47 años, también electora en Petare.
El líder opositor Juan Guaidó, reconocido como presidente interino de Venezuela por medio centenar de países, aunque en la práctica Maduro ejerce el control, no votará, según su equipo, aunque no llama a la abstención en esta oportunidad. “No hay condiciones para una elección libre y justa en Venezuela”, insistió el dirigente, cuya postura cuenta con el respaldo de Washington, su mayor aliado.
El objetivo de Guaidó es una elección presidencial en el 2024 o antes, a través del referendo revocatorio del año que viene, que puede ser definido en la mesa de negociación en México, que por ahora está parada. Pero ante las divisiones, la oposición debe “organizarse y no comenzar su campaña a última hora”, insistió Quintero. “La oposición se une y el chavismo tiembla”.