La nueva Asamblea Legislativa de El Salvador, controlada por el presidente Nayib Bukele, asestó un golpe al Poder Judicial en su primera sesión al destituir a los magistrados titulares y suplentes de la Sala Constitucional y al fiscal general de la República.
El argumento de los legisladores está relacionado con las acusaciones que el mandatario hizo contra el tribunal por haber frenado unos decretos sobre la gestión de la pandemia.
Las destituciones provocaron fuertes críticas y expresiones de preocupación de varios países, entre ellos Estados Unidos y Costa Rica, así como de organismos internacionales. Ante el repudio, Bukele se limitó a responder en un tuit: “Estamos limpiando nuestra casa (...). Y eso no es su incumbencia”.
A nuestros amigos de la Comunidad Internacional:
— Nayib Bukele (@nayibbukele) May 2, 2021
Queremos trabajar con ustedes, comerciar, viajar, conocernos y ayudar en lo que podamos.
Nuestras puertas están más abiertas que nunca.
Pero con todo respeto:
Estamos limpiando nuestra casa.
...y eso no es de su incumbencia.
Carlos Dada, director y fundador del diario digital El Faro, considera que a partir del pasado sábado, El Salvador entró en una nueva fase en la que el poder se concentra en manos de una sola persona, al tiempo que los ciudadanos se quedaron sin garantías.
Además, el comunicador habla con La Nación sobre la intención de Bukele de reformar la Constitución Política para optar por otro mandato, el deterioro en las relaciones con Estados Unidos y la erosión de las democracias en Centroamérica.
– ¿Cómo llega la nueva Asamblea Legislativa de El Salvador a tener la potestad de destituir a los magistrados de la Sala Constitucional y al fiscal general de la República?
– Nayib Bukele es un fenómeno político, sin duda alguna, entre otras cosas, consecuencia de su habilidad sin paralelos en América Latina para el mercadeo político, para conectar, sobre todo, con nuevas generaciones y para el uso de redes sociales.
“Es el primer presidente millenial que conocemos en el continente tal cual, con una estrategia propia de esa generación.
“Esto, combinado con el desgaste de los dos grandes partidos que controlaban nuestro sistema político: la extrema derecha Arena (Alianza Republicana Nacionalista) que dominaba todo el espectro de la derecha política y la extrema izquierda, el FMLN (Farabundo Martí para la Liberación Nacional) que dominaba toda el área del centro hasta la izquierda.
“Los dos partidos que gobernaron el país en años anteriores demostraron una gran habilidad para la corrupción. Nayib Bukele supo rentabilizar muy bien el hartazgo de la gente con los dos grandes partidos y se colocó en una posición inédita en el país, en un liderazgo que además ya no tiene oposición política.
“En estas circunstancias, se presentó a la Presidencia con otro partido, con GANA (Gran Alianza por la Unidad Nacional). Su propio partido, Nuevas Ideas, logró el registro para participar en las elecciones legislativas de hace dos meses y arrasó. Obtuvo junto con GANA , mayoría calificada, con el 70% de los votos.
“Esto significa que el resto de los partidos presentes en la Asamblea son absolutamente intrascendentes en términos de impacto político y mucho más intrascendentes en un régimen que no considera el diálogo ni la negociación como una herramienta política, sino la imposición de sus propias decisiones”.
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– Estas decisiones impulsadas por Nayib Bukele ya se esperaban, pero creo que ocurrieron mucho más rápido de lo previsto. ¿Les sorprendió que se concretaran el mismo día que se instaló el nuevo Congreso?
– Sí, por supuesto. Nosotros estábamos claros que a fin de este año terminaba el periodo del fiscal general de la República y a esta Asamblea le correspondía nombrar a otro. Los magistrados de la Sala de lo Constitucional tenían todavía varios años. Esperábamos que estos cambios se fueran dando más esparcidos en el tiempo, pero no perdieron ni siquiera un día.
“No perdieron tiempo, para sorpresa de todos. Allí mismo instalaron, sin agenda previa, la primera plenaria de esta legislatura y ahí mismo, sin agenda previa, pasaron a la destitución de los magistrados.
“¿Qué pasó después? Un diputado de Nuevas Ideas ya llevaba una lista de cinco nombres para sustituir a estos magistrados y ahí mismo, cinco minutos después, fueron votados los nuevos magistrados en un proceso absolutamente viciado e inconstitucional, porque la Constitución prevé un mecanismo muy específico para elección de magistrados en la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema, que pasa por listas previas creadas por las asociaciones de abogados y por el Consejo Nacional de la Judicatura.
“Todo este proceso, que normalmente toma semanas o meses, fue obviado y en cinco minutos votaron por los nuevos magistrados. Posteriormente, pasaron a la destitución del fiscal general de la República y ahí mismo nombraron a otro fiscal general de la República. Esto, es básicamente un golpe técnico al Poder Judicial y nos deja a todos los ciudadanos sin garantías”.
– ¿Qué representan estas decisiones para el Estado de Derecho de El Salvador?
– En la Fiscalía había varias investigaciones, sobre todo sobre actos de corrupción en la pandemia y la Sala de lo Constitucional tenía en su escritorio varias resoluciones pendientes, algunas claramente desfavorables para este gobierno.
“Como estamos ante un régimen que no admite resistencias institucionales, por eso le era tan importante destituir inmediatamente al fiscal, para que no procediera con la investigación de casos de corrupción y a la Sala de lo Constitucional, para que no ofreciera resistencias constitucionales al ejercicio del poder.
“Ha pasado algo muy grave después. Ante todas las acusaciones de procesos viciados e inconstitucionales de lo que pasó el sábado, lo que ha seguido son cartas de renuncia de los anteriores magistrados de la Sala de lo Constitucional y del fiscal general de la República destituido por el Congreso. En estas cartas de renuncia todos dicen que es por la seguridad de sus familias”.
Y el pueblo salvadoreño 🇸🇻, a través de sus representantes, dijo: ¡DESTITUIDOS!
— Nayib Bukele (@nayibbukele) May 2, 2021
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– ¿Cómo podría afectar o cambiar la relación de El Salvador con Estados Unidos, incluso ahora, en medio de la crisis migratoria que se está dando también en la frontera?
– Estados Unidos ha reaccionado de inmediato con declaraciones. Esto no parece haber afectado en absoluto las intenciones de este régimen.
“Nayib Bukele ha venido ya intensificando su relación con China para compensar un poco el deterioro de su relación con Estados Unidos a partir del cambio de gobierno en Washington, que ciertamente marcó un deterioro en su relación con Estados Unidos, porque ha llegado la administración Biden con una agenda muy clara basada en respeto a derechos humanos, democracia y combate a la corrupción.
“Entonces, Nayib Bukele optó por estrechar sus lazos con China. De hecho, China nos ha mandado miles de vacunas que son las que se están utilizando contra el coronavirus en estos momentos. Finalmente, la semana pasada, empezó ya a estrechar lazos también con Moscú, con el régimen de Vladimir Putin.
“Evidentemente, son ambos países gobernados por regímenes que tienen bastante menos exigencia en términos democráticos o de derechos humanos para cooperación. Es una situación muy compleja, porque el presidente parece estar apostando a que el aislamiento al que naturalmente lo llevará a su deterioro de las relaciones con Estados Unidos, puede ser compensado por China y por Rusia.
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“Por otro lado, Bukele también está jugando con el dolor de cabeza que es para la administración Biden la emigración masiva de centroamericanos que tiene su frontera sur. Es, hoy por hoy, el principal problema de política interna de la administración Biden, y Nayib Bukele lo sabe.
“Sabe que sanciones extremas o de aislamiento contra El Salvador lo que provocarán será una inmigración masiva de salvadoreños hacia Estados Unidos y sabe que Biden no quiere eso y, por tanto, está un poco jugando con esta cintura que le da el saber que no pueden dejar caer a El Salvador, porque esto provocará una inmigración masiva”.
– ¿La reacción internacional podría calar o generar un retroceso en alguna de las medidas de Bukele?
– Él mismo emitió una comunicación el sábado, vía Twitter, en que le decía a la comunidad internacional ‘queremos hacer negocios con ustedes, queremos que vengan a invertir, queremos que vengan a conocer nuestro país. Pero ahora mismo, dijo el presidente Bukele, estamos limpiando la casa y eso no es de su incumbencia’.
“Un mensaje clarísimo de que no se metan. Por tanto no, esto no está calando.
“Bukele no es alguien que tenga el estilo de retroceder o de sentarse a negociar o a medir las consecuencias de sus acciones. Es alguien que piensa a posteriori. Es decir, él dice ‘esto es lo que quiero hacer y ya después vemos cómo acomodamos las fichas’. No parece que lo va a frenar hoy mismo”.
– ¿Por qué el presidente mantiene una popularidad tan alta pese a su línea de autoritarismo?
– Buenos, por tres razones. La primera, de la que hablaba al principio, el hartazgo y el rechazo contundente de la mayor parte de los ciudadanos a los dos partidos por los cuales se sienten traicionados.
“Si viene un presidente que diga que hay que eliminar del mapa político a los mismos de siempre. Eso entusiasma mucho a la gente, porque se sienten con toda la razón, creo yo, traicionados por dos partidos que durante sus tiempos en el gobierno lo que hicieron fue ejercer una corrupción sin paralelos en la historia salvadoreña.
“A todo esto hay que agregar su comunicación muy efectiva y la deslegitimación de todo aquel que es crítico. Entonces, Bukele ha sabido muy bien presentar como enemigo del pueblo a toda voz disidente o toda voz en su contra. Eso fue lo que hizo también con los magistrados de la Sala de lo Constitucional y hay mucha gente que aplaude que, por fin, quitaron a esos ‘corruptos’ del frente.
“Les llaman corruptos, porque son los magistrados que obstaculizaron algunos de los decretos de emergencia que Bukele quería poner en marcha durante la pandemia y que, por supuesto, le facilitaban compras y contrataciones sin necesidad de ninguna rendición de cuentas”.
– ¿Cómo ve los años que faltan de la administración Bukele?
– Va a ser un tiempo muy complicado, porque no es alguien que piense en retroceder. La destitución de los magistrados de la Sala de lo Constitucional tiene anuncios claros de la posibilidad de llevar a cabo acciones como las que ya pasaron en Honduras y Nicaragua, de salas de magistrados de lo constitucional que han llegado al extremo absurdo, surrealista, de declarar inconstitucional la Constitución para permitir la reelección del mandatario.
“No solo no sería nada extraño, sino que está ya anunciado que eso es lo que va a pasar y nos esperan tres años en que los ciudadanos no tenemos garantías. Ya no hay resistencias institucionales, que todo el Poder Judicial, Legislativo y Ejecutivo están tomados por el mismo grupo de poder y que en El Salvador, a partir del sábado quedamos en manos de la voluntad de una persona.
“Esto también es producto de una democracia muy frágil que teníamos hasta el sábado. Nosotros apenas estábamos construyendo esa democracia muy errónea, muy fallida y que había dado muy poco para mejorar la calidad de la gente, pero que era necesaria para mantener la libertad de expresión, la libertad de prensa, el libre intercambio de las ideas y, creo yo, que esa etapa ha terminado.
“También considero que quienes hemos tenido un altavoz, cometimos el error de no ser lo suficientemente claros con la ciudadanía de que la democracia no es ir a votar.
“No hemos sido capaces de expresar con contundencia eso a la ciudadanía que sigue creyendo que la democracia reside simplemente en el voto y como ellos votaron por estos diputados o por este gobierno, eso le da al Ggobierno o a los diputados el derecho a hacer lo que les venga en gana en nombre del pueblo. Eso no es democracia.
“Hemos asistido ya al desmantelamiento de la democracia en El Salvador. Estamos inaugurando una nueva etapa en nuestro país, una etapa muy oscura, en que los ciudadanos nos hemos quedado sin garantías”.
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– Con este nuevo escenario que se abre en El Salvador, ¿cuál es el retrato actual de Centroamérica?
– Tenemos un momento crítico en toda la región. No me voy a extender explicando la gravedad de la situación en Nicaragua, que ustedes la conocen muy bien, porque los nicaragüenses suelen emigrar para Costa Rica huyendo de la situación que tienen.
“En Honduras, evidentemente hay un narcoestado, donde tampoco hay visos de que la situación vaya a mejorar. El principal candidato de la oposición es un hombre que acaba de regresar de Estados Unidos de prisión por haber confesado lavar dinero para el narcotráfico. Ese es el principal candidato de la oposición en Honduras.
“El candidato oficial, pues es alguien también con los casos de corrupción metidos y es el delfín de Juan Orlando Hernández, que ya sabes la naturaleza del presidente hondureño. En Guatemala, el deterioro meteórico a partir de la expulsión de la Cicig, de la comisión contra la corrupción, lo que ha hecho es volver a otorgar un poder tremendo a algunas de las fuerzas más oscuras de ese país y en El Salvador está pasando lo que está pasando.
“Hoy por hoy, el país más estable de la región y ahí incluyo a Panamá, es Costa Rica. Aunque yo sé que a los costarricenses les cuesta verlo, porque sé que les cuesta ver también más hacia afuera y ver la situación privilegiada en que se encuentran”.