Washington. ¿Se puede despolarizar Estados Unidos? Tras los disturbios en el Congreso y ante la inminente entrada de Joe Biden a la Casa Blanca, miles se dicen listos para tender la mano “al otro bando” político y cerrar las divisiones, aunque la mayoría sea pesimista.
Tras el asalto al Capitolio por parte de seguidores del presidente saliente, Donald Trump -el 6 de enero-, ha crecido el temor a nuevos episodios de violencia cuando Joe Biden asuma el cargo el próximo miércoles.
La organización Braver Angels, un grupo creado en el 2016 con el objetivo de superar las divisiones, organizó una asamblea virtual abierta a todos los que desean “unir a Estados Unidos”.
La reunión organizada en la aplicación Zoom atrajo a 4.500 participantes de todo el país y generó 2.000 nuevas adhesiones al grupo, dijo su portavoz Ciaran O'Connor.
Según él, todos esperan evitar una "guerra civil".
El encuentro ofreció un raro momento en el que personas que se definen "azules" (el color de los demócratas) o "rojas" (republicanos) pudieron ver ejemplos sobre cómo superar divisiones.
Kouhyar Mostashfi, quien se identifica como musulmán y de tendencia hacia la izquierda, relató junto a Greg Smith, un seguidor de Trump, expolicía y ferviente cristiano, cómo forjaron una relación de cuatro años por medio de discusiones, humor y visitas respectivas a la mezquita del primero y a la iglesia del segundo.
Luego de que la pandemia redujo sus encuentros a reuniones virtuales, su relación se mantuvo fuerte, incluso después de lo ocurrido en el Capitolio, que Smith describió como “horroroso” y contrario a su fe cristiana.
Carlos Hernández, un hispano simpatizante de Trump, y Amania Drane, una activista negra contra el racismo, han intercambiado puntos de vista durante varios meses, y explicaron cómo descubrieron lo importante que es luchar contra “nuestra polarización interna (...) empezando por uno mismo”.
La de los Braver Angels es solamente una de varias iniciativas a nivel local y nacional que promueven el diálogo entre personas con puntos de vista divergentes, como por ejemplo las Living Room Conversations (Conversaciones en la sala), creadas en el 2010.
Este tipo de grupos se han multiplicado durante el mandato de Trump, que ha dividido a familias y amigos.
Desafío complicado
Pero persiste la duda sobre cuánto pueden lograr tales esfuerzos cuando se enfrentan dos extremos en un marco sociopolítico muy tenso, el cual es alimentado por la hostilidad que se destila en las redes sociales.
El asalto al Capitolio dividió incluso a los seguidores de Trump, entre los que pidieron hacer a un lado a los que integraron la turba invasora y los que ven en los arrestos y cierres de plataformas de Internet posteriores una clara evidencia de un estado totalitario.
El presidente electo Biden, quien en noviembre pasado recibió 81 millones de votos contra 74 millones de Trump, se ha descrito como una figura de reconciliación.
Pero no son pocos los estadounidenses que se muestran pesimistas. Un 56% espera que las divisiones persistan durante el nuevo gobierno y solamente un 31% cree que Biden será capaz de "unir al país", según una encuesta de Quinnipiac divulgada el 11 de enero.
Según Kai Ruggeri, un profesor de la Universidad de Columbia que fue coautor de un estudio sobre polarización en el 2019, quienes se involucran en esfuerzos de unidad “no son las personas que causan el conflicto en los más altos niveles”.
"Si no colocan esas iniciativas frente a lo sitios donde existen los problemas, entonces no veo que tengan demasiado impacto", explicó.
¿Cuánta división hay?
Su estudio sí sugiere, sin embargo, que la polarización puede ser reducida con menos politización de los temas clave.
“Existe esta sobrevalorada creencia de que estamos tan divididos en todos los temas cuando en realidad es en la minoría en los que estamos muy divididos, pero en la amplia mayoría estamos bastante claros”, expresó Ruggeri.
"Pero no nos enfocamos en esos".
Robert Talisse, experto en Filosofía Política de la Universidad Vanderbilt, sostuvo que “los ciudadanos liberales y conservadores no están más divididos sobre cuestiones de política que hace 30 años”.
Lo que ha cambiado, consideró, es que los estadounidenses “se gustan menos”.
"La animosidad hacia el otro lado se intensificó de una forma que es mucho más intensa que cualquier división política".
Y es exacerbada por una sensibilidad "tribal" aseguró: cada "tribu" tiene sus valores, formas de consumir, y cada vez menos oportunidades para encontrarse con el otro lado.
“Nuestros espacios sociales, nuestros lugares de trabajo, donde compramos, cómo nos tomamos vacaciones... todos se han segregado de acuerdo con las líneas partidarias de formas que no siempre son obvias”, agregó Talisse.
Entonces, “nuestras interacciones cotidianas e inesperadas con otros seres humanos tienden a ponernos en contacto solamente con personas que son como nosotros”.
Las redes sociales han funcionado como catalizadores de esas tensiones durante años, y la pandemia, que redujo el trato interpersonal en los últimos 10 meses, está reforzando esa división.
"No pienso que un político pueda corregir eso. Pienso que recae en nosotros como ciudadanos el reconocer estas fuerzas que actúan en nuestra sociedad", señaló.
“Pienso que si vamos a reparar la democracia, tenemos que aprender a hacer cosas juntos que sean cooperativas y sociales, y que no estén organizadas alrededor de la política”.