El fin del invierno europeo podría convertirse en una gran preocupación para el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, dependiendo del curso que tomen las conversaciones emprendidas, sin él, por Donald Trump y Vladimir Putin sobre la guerra entre su nación y Rusia.
A las puertas de cumplirse, el próximo 24 de febrero, tres años desde el inicio de un cruento conflicto que ha provocado miles de bajas en ambos bandos y la destrucción de un país, no hay garantías de que se logre alcanzar un acuerdo satisfactorio para todas las partes.
Desde que el presidente Trump tomó el teléfono para hablar directamente con su homólogo ruso comenzó una compleja partida de tablero que, al parecer, tendrá dos protagonistas principales y varios jugadores de segunda línea.
¿Está cerca el fin de la guerra en Ucrania? A las puertas de la primavera, cuando las tropas rusas podrían intentar una importante arremetida en las desgastadas líneas ucranianas, la respuesta es de pronóstico reservado ante la suma de elementos que deben alinearse.
Los territorios en disputa serán el eje medular de las eventuales conversaciones, pero el acceso a las enormes reservas de tierras raras de Ucrania, elemento crucial para baterías y reactores nucleares, representa otro preciado tesoro que atrae al propio Trump.
De hecho, el mandatario estadounidense ya intentó alcanzar un acuerdo con Kiev sobre minerales estratégicos, como una forma de reembolsarse la ayuda brindada a ese país. Zelenski rechazó la propuesta.
Ucrania, sin duda, llegará en una situación de desventaja cuando finalmente sea invitada a la mesa grande de (¿negociación?), porque Estados Unidos parece inclinarse hacia la cesión de territorios a Rusia como una posible salida y los aliados europeos lucen titubeantes.
“El verdadero objetivo de Trump en este momento es debilitar a China y la relación entre China y Rusia (...). Estados Unidos está torpedeando esa relación confrontando a China mientras se acerca y declara como aliado a Rusia. Está utilizando a Ucrania para acercarse a Rusia”, aseveró Carlos Murillo, experto en relaciones internacionales.
A continuación, La Nación le presenta una guía para comprender los últimos hechos relevantes alrededor del conflicto y algunas explicaciones sobre la viabilidad de un pronto acuerdo. Aunque, tratándose de una guerra, lo único seguro sobre el futuro es que nada es seguro. Veamos:

¿Cómo se metió Trump en el conflicto entre Rusia y Ucrania?
Durante la campaña política de Estados Unidos, el magnate prometió poner fin a la guerra en Ucrania en solo un día. Luego, al resultar electo, anunció que hablaría con los presidentes Putin y Zelenski para acabar con la “carnicería” provocada por la invasión rusa.
Al inicio de su segundo mandato, en enero pasado, comenzaron los primeros contactos en busca de un acercamiento con ambas partes.
No obstante, Trump pronto empezó a dar señales controversiales en cuanto a su postura personal sobre este tema. El 10 de febrero, en una entrevista con la cadena Fox News, habló sobre la posibilidad de que Ucrania pudiera convertirse en “rusa algún día”.
LEA MÁS: ¿Podría Ucrania ser rusa algún día? Trump emite controvertida opinión
¿Qué acordó Trump con Putin?
El pasado 12 de febrero, el presidente de Estados Unidos anunció haber sostenido una larga conversación telefónica con Vladimir Putin en la que acordaron entablar "negociaciones inmediatas” para poner fin a la guerra en Ucrania.
Horas después, el mandatario adelantó en sus redes sociales que sostendría una reunión con Putin en Arabia Saudita. ¿Y Zelenski? Bueno, se enteró de las pláticas entre los líderes de las dos potencias cuando el republicano lo llamó para contarle.
LEA MÁS: Trump y Putin acuerdan negociaciones ‘inmediatas’ sobre Ucrania
Según The New York Times, el episodio evidencia un viraje en Washington. El medio estadounidense recordó que la administración de Joe Biden intentó aislar diplomáticamente a Rusia y señaló que cualquier negociación sobre el destino de Ucrania debía incluir a los ucranianos.
“Ahora es Ucrania la que parece aislada. Zelenski dijo que no fue invitado a las discusiones esta semana entre los principales asesores de Trump y sus homólogos rusos en Arabia Saudita”, señala un artículo elaborado por el periodista Anton Troianovski.

¿Qué impacto generó la conversación entre Trump y Putin?
Desconfianza. Tanto Zelenski como los aliados de la Unión Europea expresaron incomodidad y malestar por el hecho de no haber sido tomados en cuenta en las primeras pláticas sobre la guerra, y dejaron entrever su temor ante un posible acuerdo a sus espaldas.
Para el bloque comunitario, que por razones geográficas se siente amenazado por los afanes expansionistas de Moscú, y que por eso ha aportado más de $140.000 millones a la causa ucraniana, no estar presente en las negociaciones genera incertidumbre.
“No habrá paz justa y duradera en Ucrania sin la participación de los europeos”, declaró el ministro francés Jean-Noël Barrot.
Varios líderes del Viejo Continente se reunieron de emergencia en París, Francia, para elaborar una respuesta conjunta. Sin embargo, más allá de los reclamos, al final quedó en evidencia que no existe consenso sobre temas medulares como un eventual envío de tropas.
Para Zelenski, quien se había acostumbrado al apoyo logístico y retórico de Biden, un eventual distanciamiento de la Casa Blanca sería un revés significativo en su intento por lograr que una fuerza multinacional salvaguarde un eventual alto el fuego.
De hecho, la administración Trump ya anunció que no desplegará tropas en Ucrania y, más bien, demandó a Europa asignar más presupuesto para la defensa militar tanto de esa nación como de su propio continente.
LEA MÁS: Estados Unidos descarta desplegar tropas en Ucrania y hace un pedido a Europa
Además, el secretario de Defensa, Pete Hegseth, lanzó otro dardo al manifestar que no cree que la adhesión de Ucrania a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), donde Kiev pretende recibir apoyo militar, sea "un resultado realista de una solución negociada".
Hegseth también apuntó que un retorno a las fronteras que tenía Ucrania antes del 2014 es “un objetivo poco realista”. Lo anterior significa que Kiev debería renunciar, al menos, a la península de Crimea, tomada y anexionada por Moscú ese año.

¿Qué va a pasar con las negociaciones?
El emisario estadounidense, Keith Kellogg, afirmó el pasado 17 de febrero en Bruselas que su país no va a imponer a Ucrania un acuerdo para terminar con los combates y que corresponderá a Zelenski decidir si acepta un eventual arreglo labrado por Washington.
No obstante, al día siguiente, los jefes de la diplomacia de Estados Unidos, Marco Rubio, y de Rusia, Serguéi Lavrov, acordaron en Riad, Arabia Saudita, nombrar equipos “de alto nivel” para negociar el fin del conflicto. De nuevo, ni Ucrania ni la UE fueron invitadas a participar.
Y para acentuar más el distanciamiento, Trump lanzó el 19 de febrero un ataque directo contra el presidente ucraniano al calificarlo como un “dictador sin elecciones” y al advertirle que si no se mueve rápido “se quedará sin país”.
“Estoy muy decepcionado, oí que están molestos (los ucranianos) por no tener un asiento, bueno, han tenido un asiento durante tres años y mucho tiempo antes de eso”, señaló Trump.
Frente a este panorama, resulta evidente que Washington y Moscú planean trabajar en petit comité para ponerse de acuerdo primero ellos sobre los términos de un eventual acuerdo que luego, en algún momento, presentarían a Kiev.
¿Qué puede implicar una negociación para las partes?
De acuerdo con un artículo de The New York Times, titulado ¿Cómo puede terminar? Una guía paso a paso para un posible acuerdo con Ucrania, Kiev se encuentra en este momento en una posición de desventaja y eso posiblemente implique hacer dolorosas concesiones.
La publicación señala que Ucrania ha dicho que nunca reconocerá ningún cambio en sus fronteras, pero Rusia no solo quiere preservar el territorio que ya controla sino asumir cuatro regiones que todavía no tiene bajo su dominio.
Otro tema que estará sobre la mesa es la adhesión de Ucrania a la OTAN, pues Moscú la considera como una amenaza existencial a su propia seguridad.
The New York Times señala que Putin incluso podría aprovechar la ocasión para reiterar su demanda de que la organización se retire de gran parte del Viejo Continente, aspecto que atiza los temores de “una invasión rusa para países como Polonia y los países bálticos”.
Además, según indica, es probable que vuelvan a surgir viejas pretensiones rusas como despojar a los ucranianos de su identidad exigiendo que el ruso se convierta en su idioma oficial y que se prohiba designar lugares con el nombre de luchadores por la indepenencia del país.
¿Será posible lograr el fin de la guerra?
Para Carlos Murillo, experto en relaciones internacionales, falta “mucho camino por recorrer” para llegar al fin del conflicto.
En conversación con La Nación, Murillo comentó que existen dos posibles escenarios para que acabe la guerra. Uno sería que Estados Unidos y Rusia obliguen a Ucrania a aceptar los términos que ellos acuerden. El otro implicaría involucrar a Kiev en las negociaciones.
Con respecto a la primera alternativa, el especialista sostuvo que imponer una solución en conflictos territoriales tan prolongados como este no traería una paz duradera, sino una salida temporal, de corto alcance.
“Lo que están buscando Washington y Moscú es eso: acabar la guerra sin resolver el conflicto de forma definitiva, porque lo que están haciendo es dividiéndose Ucrania”, aseveró.
En cuanto al segundo escenario, consideró que es muy difícil de alcanzarlo pues, en su criterio, lo que quiere Putin es quedarse con el 20% del territorio ucraniano que ya tiene tomado, el cual es rico en tierras raras y, además, le garantiza el acceso estratégico al mar Negro, por Crimea.
Mientras tanto, según señaló, lo que busca Trump es apropiarse de la mayor parte de tierras raras que hay en el resto de Ucrania. Por ello, consideró que no hay interés de los dos gigantes por integrar todavía a Zelenski a la mesa de conversaciones.

¿Qué puede pasar en el corto plazo?
Carlos Murillo afirma que la llegada del otoño es una preocupación para Zelenski, porque Moscú podría aprovechar una baja en las tensiones para lanzar una operación masiva para asumir el control de más zonas con tierras raras y, de esa forma, fortalecerse para una eventual negociación.
“Eso debilitaria la posición de Kiev. Esa es la preocupación de Zelenski (...). No tiene la garantía de que le vayan a seguir ayudando. La Unión Europea está muy fragmentada y el problema es que Kiev no tiene otra alternativa”, aseveró.