El secretario de Estado estadounidense, Colin Powell, dijo, pese a la invasión de Iraq, que la política de Estados Unidos “no está definida por la anticipación” o la fuerza preventiva, en tanto admitió errores de política exterior.
En un amplio artículo en la revista Foreign Affairs divulgado por el Departamento de Estado el martes, el jefe de la diplomacia estadounidense aplicó un tono conciliador hacia los viejos aliados de Washington en Europa, alentó un papel internacional más amplio de China y expresó optimismo respecto a una solución pacífica de la crisis nuclear con Corea del Norte.
Evitó la cuestión de Iraq, aunque implícitamente marcó su posición frente a su par de Defensa, Donald Rumsfeld, su presunto rival en el seno del gobierno, quien en setiembre pasado rechazó el concepto mantenido por décadas de la disuasión militar como una teoría “que ha sido superada por los hechos”.
Powell manifestó un punto de vista diferente.
“Respecto al alcance de la anticipación (recurso a la fuerza en forma preventiva), solo se aplica ante las amenazas no disuadibles provenientes de actores no estatales, como los grupos terroristas”, señala en la edición enero-febrero de la revista.
“Nunca pretendió desplazar a la disuasión, solo complementarla”, apuntó.
La doctrina del presidente Bush de anticipación o guerra preventiva fue delineada en un documento de la Casa Blanca en setiembre del 2002, un año después de los atentados del 11 de setiembre en Estados Unidos.
Para consternación de la comunidad internacional, el documento dejó claro que Estados Unidos consideraba justificado utilizar la fuerza preventivamente para eliminar amenazas a su seguridad nacional.
La invasión de Iraq en marzo, para destruir las armas de destrucción masiva aún no halladas, es vista como la primera instrumentación de la doctrina.