“La Iglesia no debe negar una parte fundamental de nuestra naturaleza de seres humanos y debe abolir el celibato. Así habría menos niños no reconocidos por sus padres”, manifestó Morales en su primera visita al Papa.
“La mía quiere ser una humilde aportación como miembro de la Iglesia Católica de base”, puntualizó. “Para superar la crisis de una Iglesia herida por el pecado, es imprescindible humanizar y democratizar su estructura”, defendió.
Para el Jefe de Gobierno de La Paz, esta democratización de la Iglesia significaría también que “las mujeres puedan tener las mismas oportunidades que los hombres en el ejercicio del sacerdocio”.
Las declaraciones del mandatario boliviano se producen en el marco de la crisis sufrida por la Iglesia a raíz de los escándalos de pedofilia destapados en diversos países, entre ellos Alemania, de donde es oriundo Joseph Ratzinger.
El Vaticano no hizo ninguna mención a las declaraciones de Morales en el comunicado que emitió tras el encuentro con el Jefe de Estado boliviano.
Según el texto divulgado, el “cordial” encuentro “proporcionó una oportunidad para un fructífero intercambio de opiniones y cuestiones sobre la situación internacional y regional y sobre la necesidad de desarrollar una mayor conciencia social para la protección del medio ambiente”.
Morales abordó, además, la cuestión de la inmigración latinoamericana en Europa y criticó que “los inmigrantes en los países industrializados son sometidos a normas marginadoras”.
En este sentido, el mandatario recordó cómo, tras la Primera y la Segunda Guerras Mundiales, América Latina y el Caribe “acogieron y dieron cobijo amablemente a inmigrantes europeos”. “Nunca los países latinoamericanos sometieron a los europeos a normas de exclusión”, subrayó.
El encuentro entre el Papa y Morales, que se describe como católico, pero en el pasado criticó a la jerarquía católica de Bolivia, se prolongó por 25 minutos a puerta cerrada en la biblioteca vaticana.
Tras reunirse con el Pontífice, Morales conversó también con el secretario del Estado Vaticano, el cardenal Tarcisio Bertone. El Presidente boliviano viaja acompañado por una delegación de siete personas.
Más del 90 por ciento de la población boliviana practica la religión católica. Morales tiene dos hijos, pero no está casado.