El Rosario. A tres días de concluir su mandato, el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador visitó este viernes el estado mexicano de Sinaloa (noroeste), golpeado por una escalada de violencia ligada al narcotráfico que deja decenas de muertos.
El izquierdista viajó acompañado de la mandataria electa Claudia Sheinbaum, de su mismo partido y a la que entregará la presidencia el próximo martes.
Sin referirse de manera expresa a las balaceras que cotidianamente se han registrado en Sinaloa, López Obrador dijo confiar en que con el despliegue de unos mil militares “pronto las cosas vuelvan a la calma”.
La violencia se atribuye a una pelea interna del cartel de Sinaloa, entre los hijos del narcotraficante Joaquín “El Chapo” Guzman y los allegados de otro capo, Ismael “El Mayo” Zambada.
Zambada, uno de los líderes históricos de ese grupo criminal junto con Guzmán, fue detenido en Estados Unidos el 25 de julio.
Acusó a uno de los hijos del “Chapo” de haberlo secuestrado y entregado a la justicia estadounidense.
Señalamiento a Estados Unidos por la crisis
López Obrador culpó a Estados Unidos por la violencia en Sinaloa.
“Fue en los últimos días, por una decisión que tomaron que no fue la correcta, que se tomó en el extranjero, por eso no aceptamos el injerencismo”, dijo sin citar a país alguno.
Según autoridades locales, en medio de la balacera, los bloqueos de vías y una zozobra generalizada, han muerto decenas de personas, incluidos militares.
En Sinaloa, López Obrador volvió a referirse por otro lado a la riña diplómatica con España.
Madrid anunció que no mandaría a ningún representante oficial a la ceremonia de toma de posesión de Claudia Sheinbaum este martes, porque México no invitó al rey Felipe VI.
La propia Sheinbaum explicó que no se invitó al rey de España porque nunca contestó a un carta de López Obrador pidiendo disculpas a España por la Conquista de México.
La espiral de violencia ligada al crimen organizado deja más de 450.000 asesinatos y unos 100.000 desaparecidos en México desde 2006, según cifras oficiales.
En la presidencia de López Obrador suman casi 200.000 asesinatos, cifra superior a la de los dos gobiernos anteriores, de acuerdo con la misma estadística.