Ciudad del Vaticano y San José
La separación entre los cristianos de Oriente y de Occidente, convertidos en ortodoxos y católicos, se basa en complejas cuestiones teológicas, pero también en profundas diferencias políticas.
Desde los primeros siglos de la Cristiandad se hicieron sentir las diferencias entre las iglesias de Oriente y de Occidente. Las primeras mantenían el rito griego-bizantino, mientras que la otras observaban el rito latino.
Oriente, tierra de padres de la Iglesia, se molesta especialmente cuando el papa, obispo de Roma, se presenta como el sucesor de Pedro, a quien se ve como el discípulo al que Jesús confió la misión de fundar y dirigir su Iglesia.
En el año 451, el concilio de Calcedonia instauró la primacía de Roma, pero Constantinopla lo interpretó como una primacía de honor que no le otorgaba al papa la autoridad sobre sus propios fieles.
A medida que la autoridad papal apareció como una amenaza del Occidente frente al patriarca y al emperador de Constantinopla, la ruptura fue inevitable.
El cisma entre las dos iglesias se consumó en el año 1054, cuando el representante del papa en Constantinopla depositó en la catedral de Santa Sofía una bula que excomulgó al patriarca. Los orientales procedieron de igual madera contra los occidentales.
Las cruzadas que llegaron desde Occidente fueron muy temidas también por los cristianos de Oriente y no solo por los no cristiano. Los cruzados instauraron patriarcados latinos paralelos a los patriarcados griegos.
Desde el punto de vista religioso hay varias diferencias:
- Los católicos creen en el purgatorio como sitio para expiar pecados antes de ir al cielo, mientras los ortodoxos no.
- Los católicos cree que el Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo; los ortodoxos creen que solo procede del Padre.
- Los católicos creen que la virgen María fue concebida sin pecado y que fue llevada al cielo en cuerpo y alma; los ortodoxos creen que esto no sucedió.
- Los católicos creen en el pecado original, que se traspasa a todos los seres humanos; los ortodoxos no.
- Para los católicos el celibato es obligatorio para todos los sacerdotes; para los ortodoxos el celibato es obligatorio solo para las jerarquías.
- Para los católicos el líder supremo es el papa; para los ortodoxos los patriarcas son los máximos líderes, pero existen varios en distintas regiones.
- Los ortodoxos permiten las imágenes de tipo íconos, pero no las estatuas; los católicos sí permiten todo tipo de imágenes.
En 1964, el encuentro en Jerusalén entre el papa Pablo VI y Atenágoras, patriarca de Constantinopla, inició una reconciliación, en virtud de la cual las excomuniones mutuas desaparecieron.
Sus sucesores mantendrán los encuentros y aumentarán los gestos de buena voluntad. Francisco se reunió con el patriarca ecuménico Bartolomé en 2014 en Jerusalén y en 2015 en Estambul.
Juan Pablo II entregó además solemnemente en 2004 a los ortodoxos las reliquias de los santos Gregorio el Teólogo y Juan Crisóstomo, incautados en 1204 durante una cruzada desviada hacia Constantinopla.
En 1979 se creó una "comisión mixta para el diálogo teológico" con el objetivo de lograr un acercamiento entre dos tradiciones cristianas que, más allá de la liturgia, se mantuvieron finalmente bastante próximas.
Sin embargo, a lo largo de los siglos, el patriarcado de Moscú, con al menos 130 millones de fieles frente a menos de 3,5 millones para el de Constantinopla, lidera la influencia en el mundo ortodoxo, compuesto de 14 Iglesias autocéfalas.
Las relaciones entre Moscú y la Santa Sede permanecieron durante mucho tiempo congeladas, al acusar los rusos al Vaticano de favorecer el proselitismo católico en tierra ortodoxa.