Beirut. Hashem Safieddine, una figura destacada del movimiento libanés Hezbolá, falleció según confirmó el ejército israelí este martes. Se perfilaba como el posible sucesor de su primo, Hasán Nasralá, también asesinado por Israel, quien lideraba la organización islamista desde hacía décadas.
Aunque Hezbolá no confirmó su muerte, un alto cargo del grupo afirmó a esta agencia que perdieron contacto con Safieddine después de los bombardeos israelíes ocurridos el 4 de octubre en la periferia de Beirut. “No sabemos si estaba presente en el lugar atacado por los bombardeos”, declaró esta fuente oficial, que solicitó anonimato.
Una segunda fuente, vinculada al partido político, confirmó que estaban tratando de alcanzar la sede subterránea que había sido impactada, pero Israel llevó a cabo sistemáticamente nuevos ataques aéreos para dificultar los esfuerzos de rescate del equipo de emergencias.
El 27 de setiembre, un ataque israelí contra el cuartel general de Hezbolá, situado en edificios de la periferia sur de Beirut, provocó la muerte de Hasán Nasralá, líder histórico del movimiento. Esta pérdida supuso un golpe devastador para la organización chiita, que fue respaldada y financiada por Irán desde su creación.
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Safieddine, con barba gris, gafas y el turbante negro característico de los “Sayed” (descendientes del profeta Mahoma), compartía un notable parecido físico con su primo Nasralá, aunque era algunos años menor. En la sesentena, su nombre se mencionaba con frecuencia como “el candidato más probable” para tomar las riendas del grupo chiita, que cuenta con el respaldo financiero y militar de Teherán.
Además, mantenía una estrecha relación con Irán, donde completó sus estudios religiosos. Su hijo se casó con Zeinab, la hija del influyente general iraní Qasem Soleimani, quien fue el comandante de la Fuerza Quds, la unidad de élite de los Guardianes de la Revolución iraní responsable de operaciones en el extranjero. Soleimani murió en 2020 en un ataque aéreo estadounidense en Irak.
Safieddine era uno de los miembros más influyentes del Consejo de la Shura de Hezbolá. En mayo de 2017, el Departamento de Estado de Estados Unidos lo catalogó como “terrorista”, una designación que también fue adoptada por Arabia Saudita. Tras la muerte de Nasralá, el número dos del movimiento, Naim Qasem, asumió temporalmente el liderazgo y anunció que el sucesor definitivo será elegido pronto por los siete miembros del Consejo de la Shura.
A diferencia de Nasralá, que había reducido sus apariciones públicas desde la guerra entre Israel y Hezbolá en 2006, Safieddine era una figura visible en numerosos actos políticos y religiosos del movimiento. Aunque se le consideraba de carácter tranquilo y reservado, adoptó un tono más agresivo en su discurso tras los asesinatos de altos mandos de Hezbolá por parte de Israel.
“En nuestra resistencia, cuando un comandante se convierte en mártir, otro retoma la bandera con fuerza y determinación”, proclamó Safieddine durante el funeral del comandante Mohamed Neemeh Naser, quien murió en un bombardeo israelí en el sur de Líbano. La muerte de Naser, así como de otros líderes, fue uno de los eventos que endurecieron la postura del grupo chiita.
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Amal Saad, experta en Hezbolá y profesora de la Universidad de Cardiff, describió a Safieddine como una figura con “mucha autoridad”, lo que lo convertía en el candidato más fuerte para asumir el liderazgo del movimiento. Su capacidad de influir en las decisiones y su cercanía con la élite iraní le otorgaban una ventaja significativa frente a otros posibles sucesores.
Hezbolá, creado en 1982 durante la guerra civil en Líbano y la invasión israelí de ese país, se originó con el apoyo directo de los Guardianes de la Revolución iraníes. Al finalizar la guerra civil, el movimiento se convirtió en la única facción en mantener sus armas, argumentando la necesidad de defender el país frente a la amenaza israelí.
Desde entonces, Hezbolá encabezó la resistencia contra Israel, en particular después de la guerra de 2006, en la que las fuerzas israelíes invadieron el sur de Líbano tras un ataque de Hezbolá. Durante muchos años, Hasán Nasralá fue considerado la figura más poderosa del Líbano. Sin embargo, en los últimos meses, la organización vio mermada su influencia debido a los contundentes ataques israelíes, que eliminaron a sus altos mandos y debilitado sus posiciones estratégicas.