A pesar del martirio al que está siendo sometido en una cárcel, el opositor político José Daniel Ferrer dice que no odia a los carceleros que se han ensañado con él.
‘Es el Ghandi cubano’, dijo en el programa París América Javier Larrondo, presidente de Prisoners Defenders.
Ana Belkis Ferrer, hermana de José Daniel, habló en una entrevista sobre la grave situación en la que se encuentra el célebre opositor cubano.
“Desde el 7 de marzo, no sabemos absolutamente nada de mi hermano José Daniel Ferrer”, dice su hermana Ana Belkis. Ella explica que, desde ese día, “monseñor Dionisio García Ibáñez fue autorizado por la dictadura para darle asistencia religiosa”.
Según esta cubana, que reside actualmente en Texas, Estados Unidos, el líder opositor “permanece en una celda de castigo totalmente preparada para torturarlo tanto física como psicológicamente, sin ver absolutamente nada. Está totalmente aislado de la población penal, permanece semidesnudo, expuesto a los agresivos mosquitos que lo acompañan todo el tiempo y lo pican”.
“Padece de una bacteria en la piel, tiene problemas gástricos, los cuales se han intensificado porque se alimenta muy poco. Sufre de calambres y parálisis momentánea en las manos”, relata la mujer.
“También con los ruidos ensordecedores en los oídos que disminuyen y se intensifican, así como también dolores fuertes en la cabeza, que también disminuyen y se intensifican. Padece asimismo hipertensión arterial, entre otros problemas que fueron adquiridos en prisiones anteriores”.
Entre los casi 1300 presos políticos que hay en las prisiones de Cuba, la inmensa mayoría son personas sin ningún tipo de experiencia como militantes políticos, su pecado es haber sido detenidos en la ola de represión desatada por las protestas de julio de 2021. Sin embaro, el caso de Ferrer es distinto, sí tiene una larga trayectoria política.
Informe
El pasado 30 de mayo, Prisoners Defenders presentó el “Primer informe integral sobre la tortura en Cuba”.
El presidente de esta organización, Javier Larrondo, dijo que antes de la ola de represión de 2021 “la gran mayoría de los detenidos en las cárceles cubanas eran activistas, defensores de derechos humanos, es decir, gente un poco ‘más preparada’, digamos, para soportar este tipo de situaciones.
“Ahora, los 1277 detenidos que han estado en las cárceles cubanas en los últimos 12 meses son civiles que no estaban preparados en absoluto, ni mentalmente ni de ninguna otra manera para afrontar lo que les ha caído encima. Lo peor es que todos ellos están siendo torturados”, sostiene Larrondo.
“A José Daniel Ferrer, en cambio, lo han metido en prisión muchas veces”, precisa el activista. En 2003, durante la Primavera Negra, Ferrer consiguió el 50% o el 60% de las firmas que sirvieron a Oswaldo Payá para lograr el Premio Sájarov en el marco del Proyecto Varela. En esa época estuvo ocho años en prisión y salió en 2011.
“Ferrer en Santiago de Cuba daba de comer a cientos de personas, les daba atención médica, organizaba cuadrillas para limpiar las calles, para realizar obras de puentes, para juntar a unas poblaciones con otras. Era una persona súper querida, una persona muy social, muy enfocado a lo social”, recuerda.
A José Daniel Ferrer lo metieron a la cárcel sin que él hubiera participado en las manifestaciones de Julio de 2021.
“Lo tienen aislado completamente en una celda blanca, completamente diáfana, con una luz encendida, con una vibración constante. Ataques sónicos constantes.
“Han intentado envenenarlo progresivamente con el agua. Está en unas circunstancias de una degradación psicomotriz neurológica brutal. Lo están matando lentamente. Y, sin embargo, cuando consigue hablar con su mujer, que es una vez cada muchísimo tiempo, lanza unas frases de aliento, de ánimo, al resto de la población cubana y al mundo en general que son impresionantes”.
En esas cortas comunicaciones persiste un mensaje que rechaza el odio hacia quienes lo tienen en prisión.
“Ha llegado a decir que no les tiene odio a sus carceleros, que él quiere liberarlos. Son palabras preciosas que solamente una gran persona como él puede pronunciar. Es una cosa impresionante la energía que saca para lanzar buenos sentimientos, a pesar de toda la degradación que está viviendo y todo el dolor y todo el martirio al que lo someten sus carceleros, que además lo hacen con saña”.