El derrocamiento de Bashar al Asad marca un punto de inflexión en el conflicto sirio, resultado de una ofensiva liderada por una compleja red de fuerzas rebeldes, entre las cuales destacan las siguientes:
Organismo de Liberación del Levante (HTS)
HTS, liderado por Abu Mohammad Al Jolani, es el grupo islamista más poderoso y el principal actor en la coalición que avanzó hasta Damasco.
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- Origen y trayectoria: HTS se formó en 2016 tras la disolución de Al Nusra, la filial de Al Qaeda en Siria. Aunque asegura haberse desvinculado de Al Qaeda, informes de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sugieren que los vínculos aún existen. Es considerado un grupo terrorista por Estados Unidos, la ONU, Turquía y la Unión Europea.
- Estrategia militar y diplomática: HTS consolidó su dominio en Idlib y creó un “Gobierno de Salvación” que gestionó incluso crisis como la Covid-19. Su capacidad militar incluye fuerzas especiales, drones y una unidad de combate nocturno. Además de su fuerza militar, cultivó relaciones con comunidades locales y tribus, lo que facilitó conquistas pacíficas y deserciones del régimen.
- Intentos de moderación: Al Jolani busca proyectar una imagen moderada, incluso dando entrevistas a medios occidentales y prometiendo proteger a minorías como cristianos y kurdos.
Fuerzas Democráticas de Siria (FDS)
- Composición y apoyo: Dominadas por milicias kurdas, las FDS cuentan con el respaldo de Estados Unidos. Controlan gran parte del noreste sirio y fueron fundamentales en la lucha contra el Estado Islámico.
- Conflictos internos: Enemigas del Ejército Nacional Sirio (apoyado por Turquía), libran una guerra paralela contra las fuerzas proturcas.
Ejército Nacional Sirio (ENS)
- Relación con Turquía: Este grupo proturco, antes conocido como el Ejército Libre de Siria, es un contrapeso a las fuerzas kurdas. Participó en la reciente ofensiva tomando nuevos territorios.
- Falta de cohesión: Incluye numerosos subgrupos con intereses a menudo conflictivos, pero unidos por su oposición al régimen de Asad y al HTS.
Un panorama rebelde diverso
El éxito de la ofensiva radica en la coordinación entre estos grupos, algo inusual en la historia del conflicto sirio. A pesar de diferencias ideológicas y políticas, la coalición liderada por HTS logró alinear los intereses de distintas facciones, permitiendo avances significativos en un corto plazo.
Impacto y futuro
La caída de Bashar al Asad no significa el fin del conflicto, sino una reconfiguración del poder en Siria. La tensión entre grupos como HTS, las FDS y el ENS seguirá definiendo el panorama en los próximos meses, con potencias extranjeras como Turquía y Estados Unidos influyendo activamente en el desarrollo del país.
Este explicador muestra que el derrocamiento del régimen de Asad fue impulsado por un mosaico rebelde diverso, donde los intereses locales e internacionales se entrecruzan en una lucha por el control de Siria.