Beirut. Los rebeldes sirios liderados por islamistas radicales entraron este jueves en Hama, tras combates con el ejército del presidente Bashar al Asad, que reconoció haber perdido esa ciudad estratégica del centro del país.
Hama se encuentra en el eje que conecta Homs, en el centro, y la capital Damasco, las dos únicas grandes ciudades aún bajo control del régimen de Asad, cada vez más debilitado por la ofensiva relámpago de los insurgentes lanzada la semana pasada desde el norte.
Los rebeldes encabezados por los islamistas de Hayat Tahrir al Sham (HTS) tomaron la mayor parte de Alepo, segunda ciudad del país, y continuaron su avance hacia Hama, más al sur. Según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH), más de 800 personas, entre combatientes de ambos bandos y civiles, murieron en ese avance.
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Al entrar en Hama, algunos rebeldes dispararon al aire y otros se arrodillaron para rezar, según imágenes de esta agencia. Muchos habitantes aplaudieron su llegada.
En Homs, parte de los residentes comenzó a huir hacia Damasco o el litoral mediterráneo, ante la posible caída de la ciudad en manos rebeldes, relataron a esta agencia algunos habitantes.
“Tememos que se venguen de nosotros. No tenemos ningún lugar adonde ir si los combates llegan a Homs. Pelearemos hasta la muerte”, afirmó Abás, un funcionario de 33 años.
La coalición rebelde anunció en Telegram la “liberación total de Hama”.
“Nuestras fuerzas entraron en la prisión central de Hama y liberaron a cientos de presos injustamente detenidos”, había declarado poco antes Hasan Abdel Ghani, un líder militar de la coalición.
El jefe de HTS, Abu Mohamed al Jolani, prometió en un mensaje de video que no habría ninguna “venganza” en Hama. Según Jolani, sus combatientes entraron a la ciudad “para cerrar la herida abierta hace 40 años”.
Hama, la cuarta ciudad más grande de Siria, fue escenario en 1982 de una masacre cometida por el ejército del régimen de Hafez al Asad, padre de Bashar, al reprimir un levantamiento de los Hermanos Musulmanes.
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‘Fracaso colectivo’
El ejército sirio reconoció en un comunicado que perdió el control de Hama y que sus fuerzas se habían “redesplegado fuera de la ciudad”.
Según el OSDH, “más de 200 vehículos militares” del ejército salieron de Hama hacia Homs. Las fuerzas gubernamentales también se retiraron de otras dos ciudades de la zona, una de ellas en la carretera que conecta Hama y Homs.
La agencia oficial siria, Sana, informó que la defensa antiaérea derribó dos drones “enemigos” en Damasco, aunque no dio más detalles.
Los enfrentamientos desatados desde el inicio de la ofensiva rebelde son los más intensos desde 2020 en Siria, donde en 2011 comenzó una devastadora guerra civil que dejó medio millón de muertos.
El país está dividido en zonas de influencia donde los beligerantes cuentan con el respaldo de diversas potencias extranjeras.
Desde el inicio de la ofensiva rebelde el 27 de noviembre, los combates y bombardeos dejaron 826 muertos, entre ellos 111 civiles, según el OSDH, una oenegé con sede en el Reino Unido que dispone de una amplia red de informadores en Siria.
El secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres, pidió detener la “masacre” en Siria, resultado de un “fracaso colectivo crónico” en alcanzar una solución política.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, cuyo país apoya a los rebeldes, instó a Asad a encontrar “urgentemente” una salida política. Irán y Rusia, principales aliados del régimen sirio, mantienen un “contacto estrecho” con Turquía, según fuentes diplomáticas rusas.
‘Golpe muy duro’
Rusia, que tiene bases militares en Siria, bombardeó sectores controlados por los insurgentes.
Antony Blinken, secretario de Estado de Estados Unidos, advirtió sobre el riesgo de que el grupo yihadista Estado Islámico (EI) resurja en Siria, donde en 2014 proclamó un “califato” que fue derrotado años después.
Más de 115.000 personas han sido desplazadas en una semana de combates, informó la ONU.
Con el respaldo militar de Rusia, Irán y Hezbolá, el régimen recuperó gran parte del país en 2015 y en 2016 la totalidad de Alepo, cuya parte oriental estaba bajo control rebelde desde 2012.
Debilitado por dos meses de enfrentamientos con Israel, Hezbolá reafirmó este jueves su apoyo al gobierno de Bashar al Asad.
“La pérdida de Hama es un golpe muy duro para el gobierno sirio, especialmente tras su derrota en Alepo. Es ahí donde el ejército intentó darle la vuelta a la situación (...), pero no lo consiguió”, afirmó Aron Lund, investigador del centro de estudios Century International.
“Ahora, HTS intentará avanzar hacia Homs”, añadió.