Bruselas. Reuters. La debacle sobre la Constitución de la Unión Europea amenaza la imagen del bloque como un actor global y podría perjudicar su objetivo de convertirse en una alternativa de poder a EE. UU., dijeron analistas.
De Pekín a Teherán y de Ankara a Washington, las capitales del mundo están siguiendo con atención cualquier signo que pudiera implicar una baja en el compromiso de su política exterior, mientras los dirigentes focalizan esfuerzos en lidiar con las secuelas de la votación por el "no" a la constitución en Francia y Holanda.
"Es una cuestión de credibilidad. Esto no nos favorece en términos de qué tan seriamente miramos al resto del mundo si no podemos ponernos de acuerdo en algo como esto", dijo Mark Leonard, analista del Centro para la Reforma Europea.
Los rechazos en Francia y Holanda sobre la Constitución Europea, a la que sus seguidores consideran vital para asegurar el futuro funcionamiento de un bloque comprometido a crecer más allá de sus 25 miembros actuales, han tendido un manto de incertidumbre sobre la dirección que tomará el bloque.
Algunos observadores dicen que la posición central de la política exterior europea podría verse frenada mientras los líderes de la UE procuran mostrar a la población europea que han escuchado los mensajes de los referendos, que reflejaron la disconformidad con el proceso de integración.
Si se analiza el caso de Turquía, la UE se ha comprometido a iniciar conversaciones para su ingreso al bloque el 3 de octubre.
Sin embargo, los analistas sugieren que el bloque podría verse tentado a demorar esas negociaciones para responder a la preocupación de los votantes sobre el ingreso de un país musulmán, y el ritmo de la ampliación de la UE.