Miles de sobrevivientes, soldados, exrebeldes y agricultores se reunieron ayer en el estadio nacional de Ruanda para conmemorar el décimo aniversario de la caída del gobierno extremista, el cual impulsó el genocidio en esa nación africana.
A través de poemas y discursos, los participantes recordaron las profundas heridas casi imborrables producidas por el genocidio un decenio atrás.
También se refirieron a lo lejos que ha llegado el país desde que terminaron aquellos días de asesinatos masivos.
“Nuestro pasado fue configurado por un mal liderazgo que alentó la discriminación. Ahora eso ha finalizado”, expresó el presidente de Ruanda, Paul Kagame, ante las miles de personas que se congregaron en el Estadio Amahoro, en la capital, Kigali.
A ese mismo lugar acudieron miles de personas de la etnia tutsi en busca de refugio durante el genocidio. Por ese motivo la conmemoración se realizó allí.
Asesinato masivo
Al menos 500.000 integrantes de la minoría tutsi y políticos moderados de la mayoría hutu fueron asesinados durante los 100 días de genocidio que fue dirigido por el gobierno hutu, que en aquel momento se encontraba en el poder.
Alentados por mensajes de odio difundidos por las emisoras de radio, los soldados del gobierno, milicianos hutu y otros pobladores iban de pueblo en pueblo para asesinar a hombres, mujeres y niños.
El genocidio terminó cuando los entonces rebeldes, liderados por Kagame, tomaron la capital de Ruanda y derrocaron al gobierno extremista.
Eso sucedió el 4 de julio de 1994.
“En los últimos 10 años hemos decidido forjar una nueva Ruanda. Hemos conseguido un estado satisfactorio que debería ser la base para obtener más logros”, expresó Kagame.
Sin embargo, el Presidente también apuntó y advirtió sobre insurgentes de Ruanda que tienen su base en el país vecino de Congo, y a sus líderes políticos, que se encuentran principalmente en Europa.
Integrantes
Los rebeldes incluyen a miembros del exejército y de la milicia Interahamwe Hutu.
Ellos desempeñaron un papel fundamental durante el genocidio y luego huyeron hacia el Congo para no ser juzgados, cuando Kagame derrocó al gobierno extremista.
“No debemos comprometer la seguridad de nuestro país. Debemos resistir a cualquier grupo que intente desestabilizar a nuestro país como lo hemos hecho en el pasado”, agregó el presidente Kagame.
En la ceremonia también participaron excomandantes rebeldes que fueron integrados a las Fuerzas de Defensa de Ruanda el viernes anterior.