Washington. Por más de un año, Estados Unidos respaldó firmemente a Israel en su guerra en Gaza, mientras aconsejaba discretamente moderación. Con el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, desaparecen los matices, aunque su enfoque hacia los acuerdos lo hace menos predecible.
A diferencia de otros presidentes recientes, Trump nunca se comprometió con un Estado palestino independiente y soberano. Lidera un Partido Republicano tan proisraelí que durante la campaña electoral se distribuyeron banderas de Israel junto a carteles de Trump en algunas oficinas. En contraste, el apoyo de Biden a Israel generó fuertes críticas desde la izquierda demócrata.
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Mientras los embajadores de Biden en Jerusalén eran judíos estadounidenses que, en ocasiones, presionaron al primer ministro Benjamin Netanyahu, Trump ha elegido como embajador al exgobernador evangélico Mike Huckabee, conocido por defender a Israel desde una perspectiva bíblica. Entre sus nominados destaca también Marco Rubio, propuesto como secretario de Estado, conocido por su postura dura hacia Irán. Asimismo, Elise Stefanik, quien será embajadora ante la ONU, se ha hecho notar por criticar universidades estadounidenses con protestas a favor de los palestinos.
“Son más proisraelíes que la mayoría de los israelíes”, opinó Asher Fredman, director del Instituto Misgav para la seguridad nacional y estrategia sionista. Fredman señaló que Trump podría enfocarse en potenciar a Israel y fomentar la normalización de relaciones con países árabes como Arabia Saudita.
Fin del enfoque Biden
En octubre de 2023, Biden reafirmó el compromiso histórico de Estados Unidos con Israel durante una visita a Tel Aviv, tras el ataque más mortífero de Hamás. Sin embargo, criticó a Netanyahu por las numerosas víctimas civiles en Gaza e intentó evitar, sin éxito, un segundo frente en el Líbano.
El enfoque de Biden se caracterizó por su cautela y la presión moderada, como retener temporalmente ayuda militar para instar a Israel a permitir mayor ingreso de ayuda humanitaria a Gaza. A pesar de estas medidas, Israel no cumplió, y las tensiones en la región continuaron.
Por el contrario, Trump busca acuerdos históricos y no sigue un enfoque ortodoxo. Esto podría traducirse en presiones hacia Netanyahu si se resiste a un alto el fuego, aunque los resultados son inciertos.
Obstáculos para Trump
Aaron David Miller, exasesor del Departamento de Estado, considera que la política exterior de Trump es “oportunista y transaccional”. Incluso si buscara un acuerdo en Gaza, enfrentaría obstáculos similares a los de Biden, como el riesgo de que Hamás conserve poder y la falta de un marco de seguridad renovado.
Sin embargo, Elie Pieprz, del Foro de Defensa y Seguridad de Israel, considera que la victoria de Trump ya está generando efectos positivos, como el distanciamiento de Catar de Hamás y una postura más conciliadora de Irán. Con esta perspectiva, Trump podría buscar aliviar las tensiones entre Estados Unidos e Israel.