Hamburgo. AFP. La alemana María Jepsen, de 65 años, primera mujer obispa luterana en el mundo en 1992, anunció ayer su renuncia, en medio del escándalo sobre pedofilia que afecta a diversas Iglesias.
Jepsen, arzobispa de Hamburgo (norte), era criticada por la lentitud y la blandura en su reacción frente a las acusaciones de agresiones sexuales contra jóvenes de ambos sexos de las que sería culpable un pastor de Ahrensburg (Schleswig-Holstein, norte).
“Mi credibilidad está puesta en duda”, declaró Jepsen en una conferencia de prensa en Hamburgo.
“Por lo tanto, no estoy en condiciones de propagar la Buena Palabra, como me comprometí ante Dios y ante la parroquia durante mi ordenación y el nombramiento como obispo”, agregó.
La prensa alemana afirmó el jueves que Jepsen estaba al tanto desde fines de 1999 de las acusaciones contra el pastor, mientras que ella aseguró que solo se enteró en 2010 de lo que es acusado.
Alemania enfrenta una ola de revelaciones y acusaciones relacionadas con actos pedófilos o maltrato a niños, especialmente en el seno de la Iglesia Católica, aunque también Protestante, o en establecimientos escolares laicos.
Tras la revelación de los escándalos, el Gobierno alemán había convocado en abril a una mesa redonda de donde saldrían propuestas para mejorar la lucha contra los abusos sexuales contra menores entre miembros de la Iglesia y en la escuela.
Se trata de un segundo duro golpe en meses para la Iglesia Protestante alemana, que cuenta con 25 millones de luteranos y calvinistas, tras la renuncia en febrero de su presidenta, la obispa Margot Kässmann, por conducir en estado de ebriedad.