Seúl. La residencia del presidente surcoreano Yoon Suk Yeol se transformó en una “fortaleza”, con alambradas de púas y barricadas de vehículos, para proteger al dirigente suspendido de sus funciones y contra quien pesa una orden de arresto.
Yoon evitó ser detenido la semana pasada tras haber decretado brevemente una ley marcial a principios de diciembre, lo que sumió a Corea del Sur en su peor crisis política en décadas.
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El exfiscal de 64 años se encontraba en su residencia cuando los investigadores intentaron arrestarlo el viernes y seguía atrincherado allí a principios de esta semana, informó la agencia de noticias Yonhap el miércoles.
No obstante, el equipo que lo investiga por presunta insurrección comienza a dudar de su paradero, ya que se ha emitido una segunda orden de arresto en su contra.
“Considero varias posibilidades”, dijo el martes Oh Dong-woon, jefe de la Oficina de Investigación de la Corrupción (OIC), en respuesta a un diputado que le preguntó si Yoon había huido.
El diputado opositor Youn Kun-young afirmó que la residencia del presidente se está “convirtiendo en una fortaleza”.
Un periodista de AFP observó a los guardias de Yoon patrullando entre filas de autobuses que bloqueaban los accesos a la residencia y cerrando las entradas del complejo presidencial con alambres de púas.
La residencia de Yoon es la antigua casa del ministro de Exteriores, ubicada en Hannam-dong, un exclusivo barrio a orillas del río Han, conocido por sus lujosas mansiones, ser hogar de estrellas del pop coreano y sede de numerosas embajadas.
El equipo de investigación intentó arrestar a Yoon el viernes, pero se enfrentó a barricadas de vehículos y a unos 200 miembros armados de los servicios de seguridad presidencial. Según la policía, el líder suspendido se encontraba dentro de la residencia y prometió “luchar” junto a sus partidarios, que acampaban en el exterior.
Chamanes y feng shui
Tras su elección en 2022, Yoon y la primera dama Kim Keon Hee decidieron mudarse a esa mansión situada en una colina, en lugar de residir en la céntrica Casa Azul, antigua residencia y oficina presidencial conocida por las miles de tejas azules que cubren su techo.
Fue el primer líder surcoreano de la era moderna en rechazar vivir en la Casa Azul, que Yoon considera un símbolo de la exuberancia imperial.
Yoon ha negado que el cambio se deba al consejo de un chamán con el que se le ha vinculado o, como asegura la oposición, a recomendaciones de maestros de feng shui que afirman que la Casa Azul trae mala suerte.
Las mayores críticas al cambio estuvieron relacionadas con los elevados costos de la mudanza y el número de guardias necesarios en la nueva residencia.
Tanto los abogados de Yoon como su servicio de seguridad aseguran que el complejo es una zona militar confidencial que alberga secretos oficiales, por lo que los investigadores no tienen jurisdicción para entrar.
La oficina presidencial incluso presentó una acción legal contra un YouTuber que, supuestamente, grabó a la primera dama paseando a su perro.
La antigua oficina presidencial disponía de un búnker subterráneo en caso de ataque de Corea del Norte, pero el Ministerio de Defensa no ha aclarado si la nueva residencia cuenta con una instalación similar.
A pesar de la incertidumbre sobre el paradero de Yoon, el jefe de la OIC aseguró que “se prepararán a fondo” para un segundo intento de arresto.
Según Yonhap, la policía rastrea la ubicación del presidente, aunque no ha revelado información al respecto.