Toda esta crisis es un problema político porque ninguno de estos sistemas son democráticos pero sobretodo tiene un tinte económico. La gente simplemente se cansa, se harta de la estrechez económica, de la corrupción y del mal reparto de la riqueza.
“Además, los lideres árabes tienden a perpetrarse en el poder. Esto básicamente lo hacen por la fuerza y aunque organizan elecciones que presentan como populares y representativas, son procesos fraudulentos y en los cuales ganan con mucho margen.
El caso de Egipto era como una bomba por estallar mientras la oposición crecía en la forma de grupos pequeños de corte islamista.
“Estas protestas de hoy son muy similares a las que ocasionó el entonces primer ministro egipcio Anuar el-Sadat, cuando aumentó en 1977 los precios de los alimentos básicos. Allí hubo un primer antecedente.
Quizás sea en parte por ceguera política de estos líderes que, mientras sean apoyados por el Ejército, tratan de perpetuarse. Igual los líderes opositores en cada país explotan la desesperación y drama local para mover las estructuras. En el caso egipcio para mí es sobre todo falta de visión política y el apoyo ciego del Ejército.
Hay una gran hipocresía de parte de él; ahora sí se preocupa, ¿por qué antes no lo hizo? Los escenarios más probables serían que algún grupo organizado e islamista, como los Hermanos Musulmanes, tomen el poder, pero controlado por el Ejército que es más fuerte, podría ser igual que haya una transición pacífica con elecciones o bien que haya un golpe de Estado militar que permita a un líder castrense asumir el control para luego conducir la transición.
Estas organizaciones han tenido mucha falta de unidad y distanciamientos. Son entre 90 o 100 grupos, varios apenas son grupúsculos. Unos son extremistas y difieren por su nivel de organización, como Los Hermanos Musulmanes, que son la agrupación más articulada. Sin duda uno puede ver muchos grupos pero sin unidad y sin medios claros para conseguir objetivos, tanto que estos grupos luchan entre sí.
ElBaradei no es un líder, sí es un hombre preparado pero ha vivido mucho tiempo fuera de Egipto y sin carisma. Podría ser que logre colocarse como candidato de transición pero él no tiene carisma y eso es clave. El carisma lo es todo en la arena política en estos países del mundo árabe.
Estos líderes políticos árabes son seculares, en ellos pesa poco el tema religioso. Más bien han separado política de religión. En cambio, los grupos islamistas radicales quieren lo contrario.
“En el islam el tema político no se separa de la religión. Para cualquier musulmán esta separación es contraria a sus principios religiosos. Los grupos radicales buscarán siempre concretar un estado islámico, ya que el profeta Mahoma fue quien primero fundó un Estado islámico. Eso conlleva, por lo tanto, una legislación islámica y un ordenamiento administrativo igual. Ahí es donde está uno de los temas más ardientes de esta crisis y que tanto asusta a Occidente.
Sin duda. El principal ingreso egipcio es el turismo que hoy está detenido. Es decir, el Gobierno no percibe esos ingresos debido a la crisis. Posteriormente, si se estabiliza todo podría repuntar de nuevo, pero si se instala un gobierno islámico radical que prohíba toda influencia occidental como licor, películas, libros y otros, podría simplemente ocurrir que venga otro régimen aún más represivo que el de Mubárak.