BUCAREST (AFP) - Diecisiete años después de la caída de sus regímenes comunistas, decenas de miles de personas festejaron el ingreso en la UE, donde entran como los dos países más pobres.
"Con Rumania y Bulgaria que se unen a nosotros hoy, creamos una Unión (Europea) de casi 500 millones de ciudadanos", dijo el presidente de la Comisión Europea, el portugués José Manuel Durao Barroso, en un mensaje de vídeo difundido en Bucarest y Sofía.
Mientras que en la capital rumana conciertos de música rock y pop marcaron este "acontecimiento histórico", como lo definieron las personalidades presentes de ambos países, Sofía festejó su ingreso en la UE con un gigantesco espectáculo de luz y sonido, y con la suelta al cielo de cientos de globos con la frase "Welcome Europe".
"Al dar la bienvenida a dos nuevos miembros en nuestra familia, sabemos que nuestra cultura, nuestra herencia será más rica y que esto favorecerá nuestras relaciones mutuas tanto como nuestra economía", subrayó Barroso.
El presidente búlgaro, Géorgui Parvanov, calificó este 1 de enero de 2007 de "una de las fechas más importantes de la historia nacional" en un discurso transmitido por radio y televisión.
Sofía tuvo que cerrar este domingo por la noche dos reactores obsoletos de su única central nuclear para cumplir con las exigencias de la UE.
Bruselas también vigilará de cerca los esfuerzos de ambos gobiernos en materia de justicia y de lucha contra la corrupción.
El primer ministro rumano, Calin Tariceanu, reconoció que el proceso de entrada en la UE ha sido "muy difícil" y que aun queda mucho camino hasta lograr la integración.
Una vez izada la bandera europea en el palacio Victoria, la sede del gobierno rumano, Tariceanu, el jefe de Estado, Traian Basescu, el presidente del Parlamento Europeo, Josep Borrell, el comisario de Ampliación, Olli Rehn, y varios ministros de otros países de la UE, escucharon el himno europeo, "El himno de la alegría" de Beethoven, antes de que unos fuegos artificiales iluminasen el claro cielo de Bucarest.
Decenas de miles de personas se congregaron en la plaza de la Revolución, en el centro de Bucarest, para un gigantesca "Hora de la alegría".
Numerosos jefes de Estado y de gobierno dieron el domingo la bienvenida a la "gran familia europea" a los dos nuevos miembros, subrayando, como hizo el primer ministro italiano y ex presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, la apertura de "un nuevo capítulo" en su historia.
No obstante, la ampliación se produce en un momento delicado para la UE, que vive una parálisis institucional desde hace más de un año por el 'no' en los referéndums francés y holandés a la Constitución Europea.
Después de la negativa de ambos países, los líderes europeos decretaron una pausa de reflexión de más de un año para decidir cómo avanzar en la construcción europea.
El último Eurobarómetro publicado en diciembre muestra que el 63% de los búlgaros y el 69% de los rumanos creen que la entrada de sus países en la UE los beneficiará considerablemente.
Responsables políticos y analistas consideran sin embargo que este 1 de enero ambos Estados comienzan una carrera contrarreloj para cambiar la imagen de "hermanos pobres" del Este de Europa.
"Rumanía necesitará 20 años para alcanzar el nivel de vida de los otros países de la UE", reconoce el propio presidente rumano, Traian Basescu.
Pese a un importante crecimiento económico en los últimos años, de entre 5% y 6%, los dos países no suman juntos más que el 1% del PIB de la UE.
El 1 de enero marca también un momento histórico para Eslovenia, que será el primero de los nuevos adherentes de 2004 en adoptar el euro.
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