Moscú. Rusia advirtió el lunes sobre una posible escalada en la guerra de Ucrania y prometió una respuesta proporcional si Kiev utiliza misiles de largo alcance suministrados por Washington para atacar objetivos dentro de Rusia, tras la autorización estadounidense.
“El uso de misiles de largo alcance por parte de Kiev para atacar nuestro territorio significaría la implicación directa de Estados Unidos y sus satélites en las hostilidades contra Rusia, y un cambio radical en la esencia y la naturaleza del conflicto”, declaró la portavoz de la diplomacia rusa, María Zajárova.
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“La respuesta de Rusia en tal caso será apropiada y se dejará sentir”, advirtió en un comunicado.
Estos comentarios de Moscú coinciden con el anuncio de Ucrania sobre un nuevo ataque ruso en la ciudad portuaria de Odesa, en el mar Negro, que dejó 10 muertos el lunes, tras un bombardeo masivo durante el fin de semana contra la infraestructura energética del país.
En un giro estratégico a pocas semanas de la investidura de Donald Trump, un alto funcionario estadounidense, que prefirió mantenerse en el anonimato, confirmó el domingo que Washington autorizó a Ucrania a atacar Rusia con misiles de largo alcance.
The New York Times y The Washington Post señalaron que esta autorización se dio como respuesta al despliegue de tropas norcoreanas para apoyar a Moscú.
Según Kiev, unos 11.000 soldados norcoreanos están desplegados en Rusia y habrían comenzado a combatir en la región rusa de Kursk, controlada parcialmente por tropas ucranianas.
El demócrata Biden accede así a la solicitud de Kiev poco antes de dejar la Casa Blanca y del regreso del republicano Trump, crítico de la ayuda estadounidense a Ucrania.
Desde la cumbre del G20 en Río de Janeiro, Biden instó a los líderes de las economías más desarrolladas a apoyar “firmemente la soberanía” de Ucrania.
Cautela
Kiev había solicitado durante mucho tiempo la autorización para usar armas occidentales de largo alcance que le permitan atacar bases desde donde Rusia lanza sus bombardeos y contrarrestar el avance de las tropas rusas en el este.
Los misiles ATACMS suministrados por Estados Unidos deberían utilizarse inicialmente en la región fronteriza rusa de Kursk, donde se han desplegado soldados norcoreanos en apoyo de las tropas rusas, según The New York Times.
Hasta ahora, los países de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) se mostraban reacios a esta medida por temor a una escalada.
El lunes, el ministro francés de Relaciones Exteriores, Jean-Noel Barrot, reafirmó en Bruselas que su gobierno no descarta el uso de misiles de largo alcance.
“Hemos dicho que es una opción que consideraríamos si permite ataques contra objetivos desde los cuales Rusia agrede al territorio de Ucrania”, afirmó al llegar a una reunión de ministros de Relaciones Exteriores de la UE.
Por su parte, Alemania informó que entregará 4.000 drones equipados con inteligencia artificial.
“No voy a entrar en detalles operativos”, comentó el primer ministro del Reino Unido, Keir Starmer.
El propio presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, reaccionó con cautela el domingo por la noche al anuncio del funcionario estadounidense.
“Hoy, muchos medios de comunicación informan de que hemos recibido autorización para tomar las medidas oportunas”, afirmó. “Pero los ataques no se llevan a cabo con palabras. Esas cosas no se anuncian”, dijo, agregando que “los misiles hablarán por sí solos”.
Bombardeo en Odesa
En el terreno, Zelenski informó el lunes que visitó las tropas que defienden la ciudad de Pokrovsk, punto logístico clave para las fuerzas de Kiev en el frente este, donde el ejército ruso se acerca cada vez más.
El dirigente también visitó Kupiansk, una ciudad ocupada por Moscú en 2022 y que las tropas rusas lograron penetrar brevemente la semana pasada.
En el sur, un misil ruso impactó el lunes en pleno día y mató al menos a 10 personas, dejando además 47 heridos, según un último balance en Odesa, una ciudad portuaria en el mar Negro, lejos del frente.
“He visto el horror”, relató Andréi. El hombre, que vivía en la ciudad meridional de Jersón, se había mudado a Odesa para buscar tranquilidad y evitar los bombardeos diarios en su localidad de origen.
“Pero, como se ha demostrado en las últimas semanas, la situación es la misma que en Jersón. Todos los días muere gente (...)”, lamentó.
El domingo, un bombardeo masivo ruso contra infraestructuras energéticas dejó al menos 11 muertos y obligó a anunciar cortes eléctricos el lunes, justo cuando se acerca el invierno.