MOSCÚ (AFP) - El fiscal general de Rusia, Yuri Tchaika, anunció el lunes la detención de diez presuntos implicados en la muerte de la periodista opositora Anna Politkovskaia, casi un año después de su asesinato a sangre fría en Moscú.
El fiscal informó al presidente ruso, Vladimir Putin, de "serios avances" en la investigación que permitieron el arresto de los 10 sospechosos, según las agencias de noticias rusas.
"En breve presentaremos los cargos" contra los detenidos por el asesinato de la periodista, añadió el fiscal general, sin informar de la identidad de los sospechosos.
Son las primeras detenciones que se producen en relación a este caso, pese a que, según indicó Putin en diciembre de 2006, en él trabajan "los mejores profesionales de la policía y de la justicia".
Anna Politkovskaia fue tiroteada en la entrada del edificio donde vivía en Moscú el 7 de octubre de 2006, cuando regresaba del supermercado.
Trabajaba para el semanario independiente Novaia Gazeta y prácticamente había sido la única periodista en Rusia en denunciar los crímenes de guerra cometidos por el ejército ruso en Chechenia.
La periodista había escrito, además, varios libros muy críticos con en gobierno de Putin.
Su asesinato no hizo más que empañar la imagen del Kremlin, mermada ya por la misteriosa muerte del vicepresidente del Banco Central de Rusia, Andréi Kozlov, tiroteado unas semanas antes.
A ambas desapariciones, se sumó el año pasado el envenenamiento del ex miembro del KGB refugiado en Londres, Alexander Litvinenko, por cuya muerte la justicia británica exige a Rusia la extradición de otro ex espía, algo a lo que Moscú se niega.
En el caso de la periodista, la detención de diez sospechosos no fue interpretada por algunos como una señal de eficacia judicial.
"No tengo esperanzas. Casi ningún asesinato de periodistas ha sido resuelto", denunció el director del Centro de Periodismo en Situaciones Extremas, Oleg Panfilov.
"Es otro farol del Kremlin, harto de que todo el mundo se pregunte sobre qué está pasando con el caso de Politkovskaia", criticó.
Ese mismo escepticismo llevó a la redacción del Novaia Gazeta a lanzar una investigación paralela a la oficial para identificar a los autores de la muerte de su reputada periodista.
En mayo, el editor de Politkovskaia, Dimitri Muratov, anunció que las pruebas del caso les conducían a un asesinato por "razones políticas". La periodista preparaba un libro sobre torturas del ejército en Chechenia.
Su asesinato puso de manifiesto los riesgos de ejercer un periodismo de oposición en Rusia, donde los principales grupos de comunicación están bajo control estatal y las críticas al Kremlin por sus 13 años de campaña en la región separatista de Chechenia, denunciada por las organizaciones de derechos humanos extranjeras, son escasas.
Según la Federación Internacional de Periodistas, más de 80 profesionales han sido asesinados en ese país desde 1993, aunque el Comité de Protección de los Periodistas, con sede en Nueva York, rebaja la cifra a 44 desde 1991.
Putin fue muy criticado en Europa y Estados Unidos por su silencio inicial sobre el caso de Politkovskaia, antes de prometer el pasado diciembre que sus asesinos serían detenidos.
© 2007 AFP