Kiev. Ucrania invitó este lunes a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y al Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) a visitar la parte de la región rusa de Kursk ocupada por las fuerzas de Kiev, una propuesta que el Kremlin tachó de “pura provocación”.
“Ucrania está dispuesta a facilitar su labor y demostrar su adhesión al derecho internacional humanitario”, dijo en redes sociales el jefe de la diplomacia ucraniana, Andrii Sibiga.
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Rusia, que ocupa cinco regiones ucranianas y reivindica su anexión, denunció la invitación, e instó a la ONU y al CICR a no aceptarla.
El portavoz de la presidencia rusa, Dmitri Peskov, calificó la invitación de “pura provocación” y dijo que espera que “no sea tomada en cuenta”.
Después de meses de repliegue ante el avance de las tropas rusas, Ucrania lanzó el 6 de agosto una gran incursión en la región rusa de Kursk, donde afirma que controla decenas de localidades.
Kiev quiere mostrar que sus tropas respetan el derecho humanitario, no maltratan a los civiles rusos ni cometen crímenes de guerra, a diferencia del ejército ruso, acusado de haber perpetrado atrocidades en territorio ucraniano.
“Desde el primer día de la operación de Kursk, las fuerzas de defensa ucranianas demostraron un respeto total del derecho humanitario internacional” y “garantizaron la ayuda humanitaria y el paso seguro de los civiles”, aseguró Sibiga.
Según Moscú, unos 150.000 civiles huyeron de Kursk a raíz de la ofensiva ucraniana.
El ejército ruso lanzó una contraofensiva en Kursk. Este lunes reivindicó la reconquista de dos aldeas --Uspenovka y Borki-- y el pasado jueves afirmó que arrebató diez localidades a los ucranianos.
La presidenta del CICR, Mirjana Spoljaric, está en Moscú para una visita que incluye un encuentro el martes con el canciller ruso, Serguéi Lavrov.
Su viaje tiene lugar pocos días después de que tres empleados ucranianos de la organización murieran en un ataque en la región de Donetsk, en el este de Ucrania.
Las víctimas se disponían a distribuir ayuda en un pueblo controlado por los ucranianos cerca de la línea del frente cuando sus vehículos fueron alcanzados por disparos, según el CICR.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, atribuyó el ataque al ejército ruso y lo calificó de “nuevo crimen de guerra” de los rusos.