Managua (AFP). Entre insultos y acusaciones recíprocas miles de nicaragüenses afines al gobierno sandinista y a grupos de oposición conmemoraron este miércoles con marchas simultáneas el 60 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Las manifestaciones coincidieron en la rotonda el Güegüense, al oeste de la capital, donde una valla se seguridad tendida por la policía impidió que ambos bandos se enfrentaran a golpes, mientras asomaban sus rostros entre los hombros de los agentes para insultarse y acusarse mutuamente de "ladrones".
Nicaragua está muy polarizada desde los comicios municipales efectuados hace un mes, en los que la oposición denuncia que hubo "fraude", mientras el Congreso permanece paralizado sin que los liberales consigan los votos para reanudar las sesiones e intentar anular las elecciones, ganadas oficialmente por el gobernante Frente Sandinista.
"¡Democracia sí, dictadura no", "pandilleros, violadores, asesinos!", gritaron los miembros de las organizaciones civiles opositoras al gobierno de izquierda cuando vieron que los sandinistas habían ocupado la rotonda para obstaculizar su paso hacia otro punto de Managua.
"Democracia si, dictadura no", "pandilleros, violadores, asesinos!", proferían a gritos los miembros de las organizaciones civiles opositoras cuando vieron que los seguidores del gobierno izquierdista habían ocupado la rotonda para obstaculizarles su paso.
"¿Dónde está la libertad de expresión?, tenemos derecho a que cada persona se exprese y se movilice libremente", reclamó la universitaria Caterin Rivera, que participó en la marcha convocada por una red de organizaciones no gubernamentales, denominada Coordinadora Civil.
"Estábamos tranquilos en la marcha, pero aquellos (los sandinistas), como siempre, querían agredir y pelear", se quejó otra estudiante, Raquel Lazo, en declaraciones a la AFP.
Del otro lado del cordón policial, los sandinistas, mayoritariamente mujeres y jóvenes con palos en las manos, desafiaban a los opositores a acercarse para tomarse a golpes.
"Delincuentes, respeten", gritaban a sus contrincantes los sandinistas, que se concentraron en la zona con pancartas que destacaban los avances logrados por el gobierno de Daniel Ortega en materia de derechos humanos en sus dos años.
"La derecha siempre insulta al pueblo y el pueblo tiene derecho a defenderse", argumentó el sandinista Javier Berríos, acompañado de un correligionario que decía que la derecha de "alcurnia" siempre anda "discriminando" a los pobres.
En una de las esquinas frente a la rotonda, una mujer de 75 años, Eva Chávez -cuyo hijo murió durante la guerra civil que vivió Nicaragua en los años 80-, abogaba sola a favor de que a "las ancianas nos den el lugar que merecemos", en alusión a un mejor trato.
El incidente obligó a los opositores a replegarse, en tanto los sandinistas quedaron bajo el sol escuchando canciones testimoniales alusivas a su partido que salían de un vehículo con altoparlantes.
Grupos como la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos acusan al gobierno de Ortega de ser "el principal violador de los derechos humanos" por "manipular" las instituciones y las leyes con fines políticos.
En tanto, el procurador de Derechos Humanos, el sandinista Omar Cabezas, acusó en un medio oficialista a los grupos no gubernamentales de emprender luchas financiadas por Estados Unidos.