Managua. AFP. Sectores civiles y políticos de Nicaragua acusaron ayer al gobernante Frente Sandinista (FSLN, izquierda) de recuperar el control del Congreso con un “vergonzoso” pacto con la oposición liberal.
El pacto permitió a los liberales lograr que su líder, el expresidente Arnoldo Alemán, quedara libre de todos los cargos de corrupción por los que se le condenó en el 2003.
“Quedó demostrado que tenemos una administración de justicia títere de los intereses políticos”, denunció la presidenta del no gubernamental Centro Nicaragüense de Derechos Humanos, Vilma Núñez.
El pacto fue “la consagración de una sinvergüenzada y el saqueo de Nicaragua”, repudió una dirigente de la disidencia sandinista, la exguerrillera Dora María Téllez.
El expresidente Alemán (período 1997-2002) y líder del Partido Liberal Constitucionalista (PLC, de derecha) fue absuelto el viernes pasado por el máximo tribunal de justicia de la condena de 20 años por lavado de dinero y cinco delitos de corrupción, que le fue impuesta en diciembre del año 2003.
Recuperó los bienes. Alemán, quien gozaba de libertad condicional, también recuperó los bienes embargados y derechos civiles y políticos que le habían sido suspendidos, gracias a un arreglo político entre su partido y el partido dirigido por el presidente Daniel Ortega.
“Es increíble cómo por el interés de una persona (Alemán) se sacrifica el interés del país”, repudió el exprocurador de Justicia del anterior gobierno, Alberto Novoa.
Novoa promovió en el 2002 varios juicios de corrupción contra el exmandatario y alrededor de 50 de sus colaboradores y familiares, quienes también han sido liberados por la justicia por diversas razones a lo largo del tiempo.
Con este nuevo acuerdo, el gobierno de Ortega obtuvo el control del Congreso por dos años más y superó la parálisis de dos meses que enfrentaba el Poder Legislativo, consecuencia de un conflicto con la oposición por las cuestionadas elecciones municipales.
Reelección continua. Ortega contará ahora con abrumadora mayoría para aprobar la reelección presidencial continua, lo cual pretende lograr mediante una nueva reforma constitucional.
El diputado opositor Eliseo Núñez dijo que la negociación fue un “intercambio” de favores entre dos caudillos en detrimento de “la institucionalidad” del país, y fortalecerá el poder total de Ortega sobre el aparato estatal.
Fue “un trato entre mafiosos” que quieren “alternarse eternamente en el poder” mediante alianzas parlamentarias, advirtió la diputada de la disidencia sandinista, Mónica Baltodano.
“Es una tragedia”, lamentó el político conservador Alberto Saborío. “Aquí lo que viene ahora es una reforma constitucional para darle paso a la reelección de Ortega” en el 2011, coincidió el dirigente de la no gubernamental Comisión Permanente de Derechos Humanos, Marcos Carmona.
A Ortega y Alemán se les ha acusado de numerosos pactos políticos en la última década. Uno de ellos resultó en al menos tres cuestionadas reformas constitucionales que han permitido a sandinistas y liberales repartirse la dirección del Estado.