El presunto líder de los remanentes del grupo terrorista Sendero Luminoso, conocido como camarada Artemio amenazó ayer con reanudar las acciones armadas y dio un plazo de 60 días al Gobierno de Perú para buscar una “solución política” a la “guerra interna”.
Artemio, que supuestamente se llama Filomeno Cerrón, declaró por teléfono a la emisora local Radioprogramas que su agrupación espera que el gobierno del presidente, Alejandro Toledo, busque “una solución política al problema de la guerra interna en Perú”.
Consideró “absurdo” que el Ministerio del Interior pida que sus seguidores depongan las armas y se acojan “a la ley de colaboración eficaz”, que otorga beneficios judiciales y penitenciarios a los que brindan información a las autoridades.
“Eso nunca lo vamos a hacer”, enfatizó, para después criticar la supuesta “acción represiva” del Gobierno y remarcar que “el único objetivo” de su lucha actual es encontrar una solución política al problema subversivo.
El cabecilla terrorista criticó también al gobierno de Toledo por supuestamente “enarbolar” el neoliberalismo y la política de globalización del régimen del presidente estadounidense George W. Bush.
Según informaciones policiales, Artemio se desplaza al frente de unos 300 hombres en una zona inexpugnable de la selva de los departamentos de Junín y Ayacucho.
El cabecilla terrorista, cuya verdadera identidad siempre ha estado en entredicho, pertenece al “ala dura” de Sendero Luminoso, que se niega a aceptar una propuesta de acuerdo de paz planteada en 1993 por Abimael Guzmán, el detenido líder y fundador de ese grupo subversivo.
Sendero Luminoso fue derrotado política y militarmente en 1992, cuando fue capturado Guzmán junto con los principales cabecillas de la banda armada.
A pesar de ello, un pequeño grupo de sus seguidores se mantiene en la selva, aunque su capacidad operativa es muy limitada, según las autoridades que, sin embargo, realizan operativos para intentar desbaratar los remanentes del grupo que, otrora, fue un problema de Estado en Perú.