El conflicto que estalló en medio de una insurrección en gran parte de la región árabe, inició con protestas que se convirtieron en una insurgencia armada y con el tiempo se transformó en una guerra civil extensa, la cual -según activistas- ha costado la vida de más de 140.000 personas y ha ocasionado que dos millones de personas huyan del país.
La guerra civil en Siria inició en marzo del 2011 y tres años después aún no se vislumbra un final cercado a un conflicto estancado, donde la única mediación de potencias extranjeras ha llegado en forma de armas, que Arabia Saudí, Irán y sus aliados han cedido calladamente a los bandos.
El proceso de negociación de paz auspiciado por Naciones Unidas -conocido como Ginebra I y Ginebra II- se mantiene en neutro y ahora el régimen que gobierna Siria ha puesto ya en marcha unas elecciones que le allanarán el camino al presidente Bashar al Asad para intentar perpetuarse, aún más, en el poder.
Al-Asad, cuyo mandato de siete años expira el 17 de julio, aún no ha anunciado formalmente si se presenta a la reelección.
Las negociaciones de paz entre el gobierno del presidente Bashar Assad y la dividida oposición siria no han encontrado una solución diplomática a la crisis, que también ha alimentado la violencia sectaria conforme los extremistas islámicos se integraron al conflicto.
La Coalición Nacional Siria, principal grupo opositor con apoyo de las naciones occidentales, dijo el sábado en un comunicado que con motivo del tercer aniversario del conflicto haría nuevos votos para derribar el régimen de al-Asad, que es la fuente principal de sufrimiento del pueblo sirio.
"El volumen de los daños causados por la gran guerra librada en Siria se eleva a 4,7 trillones de libras sirias ($31.300 millones)", declaró Halaqi, al diario Al Baas.
Esta cifra equivale casi al Producto Interno Bruto (PIB) de Siria, que según el Economist Intelligence Unit, alcanzaría unos $34.000 millones en 2014.
Ahmad al-Jarba, jefe de la coalición, atacó a Irán -principal soporte de al-Asad-, al grupo Jezbolá de Líbano y a combatientes chiíes que llegaron de Irak para combatir con las fuerzas del gobierno.
"Estamos luchando una guerra brutal y enfrentando enemigos que no tienen valores ni moral, como las camarillas de Hasan Nasrala (líder de Jezbolá), mercenarios hipócritas provenientes de Irak, hasta la cabeza de la serpiente en Teherán", dijo al-Jarba durante un discurso en Estambul. "Sirios: Nuestra revolución será victoriosa y el régimen terrorista químico se irá. La batalla no es larga porque ya hemos pasado la parte más difícil".
La prensa estatal siria no mencionó el aniversario.
En Beirut, agencias de ayuda internacionales dijeron que cada estadística que rastrea la vida de niños sirios ha empeorado mientras el conflicto avanza con gran dificultad, advirtiendo que una generación completa está en riesgo.
Evidenciando la gravedad de la situación en Siria, el director ejecutivo de Unicef, Anthony Lake, dijo que aproximadamente 2,3 millones de niños necesitaron el año pasado albergue, alimento, atención médica, educación o ayuda psicológica por el trauma que sufrieron. Esa cifra casi se duplicó a 5,5 millones este año, agregó.
"Cada uno de esos números tiene un rostro. Cada uno de esos números es un niño que ha perdido un futuro, o cuyo futuro está en riesgo", enfatizó Lake, quien calificó el sábado como "un aniversario triste e indignante".