La Paz. EFE y AFP. Un clina de tensiones se vivió ayer en Bolivia cuando los magistrados de la Corte Suprema amenazaron con renunciar a sus cargos, en respuesta a duras acusaciones que les hizo el presidente Evo Morales.
Los jueces se reunieron en la capital, Sucre, para discutir la acusación que les hizo Morales de ser la entidad más corrupta del país, y evaluar la conveniencia de renunciar a sus cargos.
Uno de ellos, Juan José González, presentó su dimisión al senador derechista Luis Vásquez, presidente de la Comisión de Constitución de la cámara alta.
Los otros siete magistrados de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) desistieron de dimitir colectivamente ante el “riesgo que representaría para el sistema democrático”, declaró ayer el presidente del tribunal, Héctor Sandóval.
“Decidimos no renunciar”, aseguró Sandóval, luego de abrir él mismo esa posibilidad frente a los frecuentes ataques que recibe el máximo tribunal de justicia de parte del presidente Morales y de personeros de su gobierno.
Las presión sobre los ministros va desde anuncios oficiales de una reducción de salarios hasta acciones “violentas” en las calles por parte de familiares de víctimas de una rebelión popular en el 2003, que hicieron pintas en las paredes de Sucre exigiéndoles la dimisión, dijo Orlando Encinas, portavoz oficial del CSJ.
Como consecuencia de la política de austeridad del gobierno, los magistrados rebajaron sus sueldos el año pasado casi en un 50% hasta situarlos en un promedio de 14.000 bolivianos al mes (unos $1.750).
Morales está molesto con la justicia, especialmente con el Tribunal Constitucional, que emitió un fallo para dar fin a la situación de interinato de cuatro magistrados de la CSJ elegidos en diciembre por decreto presidencial.
En tanto, el Congreso boliviano fracasó la semana pasada en la elección de cuatro ministros de la Corte debido a una irreconciliable polarización entre el oficialismo y la oposición, después de casi ocho horas de deliberaciones.
Ante el clima de división, el presidente del Congreso y vicepresidente de la República, Álvaro García Linera, citó a una nueva sesión plenaria para el 29 de mayo.
Disputas. Los ataques de Morales a los tribunales de Justicia son constantes desde que llegó al poder en enero de 2006, pero arreciaron la semana pasada, cuando presentó al Congreso una demanda de juicio contra los magistrados del TC, a raíz del cese de funciones de los cuatro magistrados de la CSJ.
Según el TC, aquella designación fue constitucional porque el Congreso estaba en receso, pero un nombramiento interino de ese tipo solo puede tener una vigencia de 90 días, es decir, hasta fines de marzo.
Los jueces cesados estaban en la sala penal de la Corte Suprema e impulsaban un juicio de responsabilidades que viene reclamando Morales contra el expresidente Gonzalo Sánchez de Lozada.
Morales afirma que la mayoría de los bolivianos cree que el Poder Judicial es el más corrupto del país, que cada año “roba” $300 millones, que los magistrados ganan altos salarios y que anualmente hay 1.500 denuncias contra jueces, pero muy pocas prosperan.
Como base de sus acusaciones, Morales citó un estudio del 2005 de la agencia estadounidense de cooperación. La CSJ pidió a esa entidad certificar si esa información está en sus investigaciones.
“Nunca habíamos sido ofendidos en nuestra dignidad por el máximo magistrado de la nación. Creemos que con esto se busca defenestrar al Poder Judicial”, denunció Sandoval.