Minsk
La cumbre de Minsk, para lograr la paz en Ucrania, arrancó en el Palacio de la Independencia de la capital bielorrusa con presencia de los líderes de Ucrania, Rusia, Alemania y Francia.
El presidente ucraniano, Petró Poroshenko; el jefe del Kremlin, Vladímir Putin; la canciller alemana, Angela Merkel, y el jefe de Estado francés, François Hollande, se reunieron primero sin asesores para celebrar consultas informales.
Seguidamente, los líderes se sentarán en torno a una gran mesa ovalada junto a sus ministros de Exteriores y el resto de sus respectivas delegaciones oficiales.
Putin, quien fue el último en llegar a la sede de la cumbre, dio la mano a sus tres interlocutores, incluido el presidente bielorruso, Alexandr Lukashenko, anfitrión del encuentro.
El apretón de manos entre los líderes ruso y ucraniano fue especialmente frío, según las imágenes mostradas por la televisión.
Poco antes del inicio de la cumbre, Poroshenko se reunió con los dos mandatarios europeos, autores de la iniciativa de paz que intenta frenar la nueva escalada del conflicto que ha cobrado la vida de centenares de civiles desde principios de año.
El líder ucraniano advirtió al reunirse con Lukashenko de que, en caso de que fracase la cumbre, la situación en el este ucraniano será "prácticamente irreparable".
Poroshenko acusó a los rebeldes de atacar ayer con misiles la ciudad de Kramatorsk, sede del Estado Mayor de las fuerzas gubernamentales, donde murieron 16 personas, entre civiles y militares.