París
El candidato a la Presidencia francesa François Fillon se negó el lunes a abandonar la campaña pese a denuncias de que otorgó a su esposa, hijo e hija cargos bien remunerados que no conllevaban responsabilidad alguna.
Fillon está siendo investigado a raíz de las denuncias que le han costado la posición delantera en las encuestas antes de las elecciones a realizarse entre abril y mayo.
Fillon, quien fue primer ministro entre el 2007 y el 2012, tiene reputación de ser discreto, eficiente y de gran rectitud moral, por lo que el escándalo estremeció su partido y de hecho a toda Francia. El lunes intentó salvar su candidatura.
"No tengo nada que ocultar", dijo en una conferencia de prensa convocada para tratar de limitar el daño causado y evitar cualquier intento a lo interno de su partido de desplazarlo como candidato. "Todas las acciones descritas en la prensa fueron perfectamente legales y transparentes" , comentó.
Se expresó arrepentido por haberle dado empleo a su esposa, aunque señaló que no fue algo ilegal y que muchos políticos franceses lo han hecho. Sin embargo, reconoció que tuvo una mala imagen ante el público. "Fue un error" , expresó.
Investigación en curso. La Fiscalía trata de determinar si los familiares de Fillion realmente ejercieron los cargos de asistentes parlamentarios para los que fueron nombrados. La investigación preliminar abarca sospechas de enriquecimiento ilícito y malversación de fondos públicos.
La popularidad de Fillon ha caído las últimas semanas ante reportes del diario Le Canard Enchaine de que su esposa Penélope, de origen galés, recibió 830.000 euros ($900.000) a lo largo de 15 años sin haber hecho nada a cambio. La Fiscalía amplió el jueves la pesquisa para abarcar también al hijo y la hija de Fillon.
Es legal en Francia que un político contrate a familiares como asistentes siempre y cuando hagan el trabajo para el que fueron contratados.