Washington. El Congreso de Estados Unidos aprobó el lunes una norma que otorga inmunidad legal a Sudán sobre ataques pasados, etapa final de un acuerdo histórico que elimina a Jartum de la lista negra de Estados patrocinadores del terrorismo que elabora Washington.
El texto restaura la inmunidad soberana de Sudán con la excepción de los litigios ya pendientes en los tribunales federales de Estados Unidos relacionados con los ataques del 11 de setiembre del 2001.
También abre el camino para prestar ayuda financiera, aliviar la deuda y la inversión para un país que atraviesa una transición política difícil y se enfrenta a una grave crisis económica exacerbada por la pandemia de covid-19.
La legislación ayudará a Sudán a "reingresar a la economía global (...) promoverá la inversión extranjera y el crecimiento económico en el país, en tanto apoyará la transición hacia una democracia liderada por civiles", dijo el senador demócrata de Delaware, Chris Coons, antes de la aprobación de la ley.
Estados Unidos ya había eliminado a Sudán de su lista negra de patrocinadores del terrorismo hace una semana, menos de dos meses después de que la nación árabe se comprometió a normalizar los lazos con Israel.
El Ministerio de Justicia de Sudán saludó el martes el “gran acontecimiento” en un comunicado.
Fin de ‘periodo oscuro’
Esto “significa efectivamente para el país el fin, de una vez por todas, de las repercusiones de un período oscuro en la historia de sus relaciones con Estados Unidos y el mundo”, dijo.
Aseguró que su país “se compromete a comparecer en los tribunales estadounidenses y a defenderse en los casos en curso para demostrar su falta de conexión con los acontecimientos del 11 de setiembre”.
También consideró que la nueva legislación allana el camino para fortalecer la cooperación económica y financiera con Estados Unidos y otros países "en paz y tranquilidad, sin temor a exponer su dinero y bienes a la confiscación o incautación debido a decisiones judiciales relacionadas con el terrorismo".
Según el Ministerio, “el monto total de ayuda directa e indirecta aprobada en esta legislación para Sudán asciende a $1.100 millones, lo que es independiente de los $1.000 millones que Estados Unidos se comprometió a pagar al Banco Mundial para saldar los pagos atrasados de Sudán”.
El presidente estadounidense, Donald Trump, había anunciado desde octubre su intención de retirar a Jartum de la lista negra si pagaba $335 millones para compensar a los sobrevivientes y las familias de las víctimas de los atentados de Al Qaida de 1998 contra las embajadas de Estados Unidos en Kenia y Tanzania, y el mortal ataque del grupo yihadista contra el navío USS Cole frente a la costa de Yemen, en el 2000.
Más de 200 personas murieron en esos ataques, y Washington considera que las autoridades sudanesas de aquella época dieron cobijo al ahora difunto líder terrorista Osama bin Laden.
La aprobación de la nueva legislación en el Congreso estadounidense era la condición final para la liberación de los $335 millones, que Sudán ya había depositado en una cuenta de garantía bloqueada.
Pero las amargas negociaciones entre el Departamento de Estado y algunos legisladores habían obstaculizado un acuerdo.
Los senadores demócratas Chuck Schumer y Bob Menéndez, de los estados de Nueva York y Nueva Jersey respectivamente, se aseguraron de que la formulación de la norma no afectara el derecho de las víctimas de los atentados del 11 de setiembre o sus familias a demandar a Sudán por su papel como expatrocinador de Al Qaida.
El gobierno de Trump quería obtener la ley lo antes posible por dos razones: mostrar su claro apoyo a las autoridades de transición sudanesas, y evitar que Jartum se retracte de su histórico reconocimiento de Israel.