Berlín
Un centenar de agresiones sexuales cometidas en la noche de Año Nuevo en Colonia (oeste) y atribuidas a "jóvenes aparentemente de origen árabe" aún provocaban este martes conmoción en toda Alemania, cuyo gobierno condenó la violencia mientras mostraba su inquietud por una estigmatización de los refugiados.
La canciller Angela Merkel llamó por teléfono a la alcaldesa de Colonia, Henriette Reker, y le señaló "su indignación ante estos actos de violencia insoportables y agresiones sexuales", en tanto otros responsables políticos intentaban establecer un vínculo entre los mismos y la presencia de numerosos migrantes en el país.
Este caso, que se ha ido ampliando en la medida que se registran nuevas denuncias, ha conmocionado a todo el país por la "nueva dimensión" que implica la participación de "más de mil personas", que agredieron o protegieron a los agresores, declaró a la prensa el ministro de Justicia Heiko Maas.
"Se trata de una nueva forma de crimen organizado (...) Habrá que reflexionar sobre ello, pensar en medios para hacerle frente", añadió.
Hasta el martes de mañana la policía había registrado 90 denuncias de acoso sexual, robos y al menos una de violación y esperaba nuevas denuncias. "Parto del principio de que habrá aún más denuncias", declaró este martes a los medios de comunicación el jefe de policía de Colonia, Wolfgang Albers.
Estas agresiones fueron atribuidas a grupos de entre 20 y 30 jóvenes ebrios que se reunieron cerca de la catedral y de la estación central de Colonia. La policía también dijo haber recibido una decena de denuncias en Hamburgo (norte).
"Nos aprestábamos a partir y entonces un grupo de una decena, veintena, inclusive treintena de jóvenes extranjeros nos abordó", dijo una de las víctimas en los estudios de la cadena de televisión de información continua N-TV.
"Comenzaron a agredirnos, tocándonos en la entrepierna, en el escote (de los vestidos), y sobre los abrigos", agregando que atacaban "solamente a mujeres", y mencionó también robos.
Según Albers, los informes de los policías que intervinieron esa noche señalan "en su gran mayoría a jóvenes, de entre 18 y 35 años, aparentemente de origen árabe o norteafricano", algo que fue corroborado por las descripciones que hicieron las víctimas.
En un país en el que la afluencia de refugiados ha provocado vivas tensiones en los últimos meses, las autoridades, sin buscar minimizar la importancia de estos acontecimientos "intolerables", según la expresión de la alcaldesa de Colonia, han tratado de evitar toda estigmatización.
Los testigos de las agresiones hablaron de hombres de apariencia árabe o norafricana, según la policía, pero el ministro pidió que no se "instrumentalice" el caso, en medio de un arduo debate en el país sobre la llegada de miles de migrantes.
"No tenemos ningún indicio que demuestre que se tratara de refugiados albergados en Colonia" o sus alrededores, insistió Reker, juzgando esta aproximación de "inadmisible", tras una reunión de crisis en la alcaldía.
Además, Maas, también advirtió contra cualquier "instrumentalización" de estas agresiones en el debate político sobre la afluencia récord de migrantes en Alemania.
El aspecto de los agresores "no debe llevar a una sospecha general sobre los refugiados que, independientemente de su origen, vienen a buscar refugio en nuestro país", dijo por su parte el ministro del Interior, Thomas de Maizière.
La policía aún no ha realizado detenciones de eventuales sospechosos.
No obstante, varias personalidades ya han comenzado a utilizar políticamente estos hechos. Tras los incidentes, Frauke Petry, patrona del partido populista Alternative für Deutschland (AfD), que progresa en las encuestas, lanzó de manera provocadora: "¿Alemania está para usted suficientemente abierta al mundo multicolor, señora Merkel?".
Dentro de la propia coalición gubernamental, los conservadores bávaros del CSU que critican desde hace meses la política favorable a los refugiados de la canciller, encontraron material para alimentar sus objeciones a sus socios.
"Si demandantes de asilo o refugiados se lanzan a tales agresiones, se trataría de una tremenda traición a los valores de la hospitalidad y esto debe conducir a poner punto final inmediato a su estadía en Alemania", lanzó Andreas Scheuer, secretario general de esta formación conservadora (también demócrata-cristiana), al diarió local "Rheinischer Post".
La alcaldesa de Colonia, que del 4 al 10 de febrero acoge a miles de personas para el carnaval, convocó a la reunión de crisis en esta jornada entre otros para ampliar las medidas de seguridad durante este popular evento