Belgrado. AP Cuatro países de los Balcanes cerraron sus fronteras, el jueves, para migrantes que no proceden de países donde se libran guerras como Siria, Afganistán o Irak, y miles de personas de otros países quedaron en los cruces fronterizos.
La decisión, tomada durante la noche, tuvo el efecto que tanto las personas en busca de asilo, como los países europeos temían, dado el número récord de gente que ha llegado a Europa este año y los recientes temores, tras los ataques terroristas en París, de que posibles milicianos entren como refugiados.
Macedonia no deja pasar de Grecia a su territorio a ciudadanos de Marruecos, Sri Lanka, Sudán, Liberia, Congo y Pakistán, informó el jueves la vocera del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), Melita Sunjic.
Mohammed Mirzam, de 30 años y originario de Afganistán, sabe que lo dejarán pasar, pero no a su esposa e hijos, Ilia y Elena, de 5 y 3 años, respectivamente, ya que son iraníes.
“Estamos atrapados”, dijo en Idomeni, el lado griego de la frontera. “No dejarán que mi familia cruce. No tenemos dinero y esperamos sin tener idea de qué sucederá”.
En la frontera serbia con Macedonia, los serbios solo permitían el paso a personas de Siria, Afganistán e Irak. De Serbia a Croacia solo pueden cruzar refugiados de estas tres nacionalidades, además de palestinos.
Eslovenia, el siguiente país en la cadena, también anunció que cerraría sus puertas a los llamados migrantes económicos.
Serbia devolvió a Macedonia a unas 200 personas que Skopje no deja entrar al país, dijo Melita Sunjic. “Sí, están atrapados en tierra de nadie”, comentó.
Croacia obligó a regresar a 162 migrantes de Marruecos, a su vez rechazados por Eslovenia.
“Sin duda será una situación complicada”, dijo Sunjic. “Acnur no considera que haya un país que deba ser excluido de protección internacional según su nacionalidad”.
En Idomeni, la Policía dijo que la frontera se cerró prácticamente para todo el mundo desde alrededor de las 8 de la mañana, luego de que un grupo de unas 300 personas, la mayoría iraníes, se congregó en el paso, a la espera de recibir autorización para cruzar.
Otras 2.500 personas esperan en un campamento cercano que acoge a quienes viajan a través de los Balcanes.
El cierre parcial de las fronteras reunirá a enormes grupos de personas desesperadas a lo largo del corredor de los Balcanes por donde han pasado cientos de miles de personas rumbo a países de la UE más prominentes, particularmente Alemania. Aunque los sirios son el mayor grupo entre quienes buscan asilo, cientos de miles de personas que huyen de la pobreza, como paquistaníes, bangladesíes y ceilaneses, también se han unido.
El ministro de Trabajo de Serbia, Aleksandar Vulin, culpó el jueves a Eslovenia y Croacia por el cierre al decir que comenzaron a rechazar a migrantes económicos, aquellos que huyen de la pobreza, no de la guerra.
“Tenemos que proteger nuestro país. Por eso aplicamos medidas recíprocas hacia la gente que no tiene cabida en Eslovenia y Croacia”, dijo Vulin.
La decisión de Eslovenia de comenzar a devolver a personas que considera migrantes económicos desató una reacción en cadena en la ruta migrante de los Balcanes.
En los últimos días “ha aumentado el número de personas reconocidas como migrantes puramente económicos” que entran al pequeño país alpino desde Croacia, señaló el portavoz de la policía eslovena, Drago Menegalia. “Estos extranjeros no solicitan protección internacional” según las leyes de la UE, agregó.
Las autoridades eslovenas dijeron que seguirían permitiendo el paso de refugiados de países en guerra como Siria, Afganistán e Irak en su camino hacia Austria y otros países más ricos de la UE.